ACTA CENA 15 DE DICIEMBRE (MÁS VALE TARDE QUE NUNCA)

El 15 de diciembre de 2011 nos reencontramos nuevamente en el Hotel AH ÁGORA, puntuales (casi todas), con una sorpresa y una sonrisa como habíamos quedado, y entre Blinis de ensaladilla de gambas, milhojas de salmón, brochetas de higo y queso, patatas revolconas,…nos fuimos poniendo al día de los últimos acontecimientos, mientras esperábamos a Pilar y Emi que tenían compromiso social.
Ya terminando la ensalada de Gulas con Vinagreta de Pistachos e iniciando el solomillo un poquito saciadas, nos dispusimos a comentar “El extranjero” de Camus, con bastante entusiasmo. La mayoría coincidíamos en que habíamos disfrutado con la lectura.
Meursault nos parece un hombre incapaz de sentir emociones, indiferente ante el dolor ajeno, parece que todo lo que ve a su alrededor le deja frío, lo más temible que hay en él es su indiferencia ante los demás.
Llama la atención su sinceridad, siempre dice lo que siente sin importarle lo que puedan pensar de él los demás, incluso cuando es evidente que le están juzgando y condenando por no decir o comportarse como la sociedad espera de él, ante momentos como la muerte de su madre. Por otro lado si muestra sensibilidad ante estímulos sensoriales, como el calor, los colores del día, la ropa de María, la arena de la playa.
La crítica a la justicia y a la sociedad en general que hace Camus, también nos pareció evidente, castigan a Meursault, por su conducta antisocial, por su moral por no responder como se espera de él. Sin embargo en ningún momento el autor toma partido ni por Meursault ni por los convencionalismos sociales, simplemente plantea de una forma clara y sencilla ambas problemáticas, invitándonos a la reflexión continua sobre el individualismo del protagonista y las normas sociales.
También reflexionamos sobre el título del libro, evidentemente Meursault es un extranjero desde el punto de vista social, no sabe comunicarse con los seres humanos, vive fuera de cualquier norma establecida, no manifiesta ideas o valores ni siquiera para justificar sus actos.
Y así fuimos desgranando lo que habíamos sentido o reflexionado al leer “El extranjero”, coincidiendo la mayoría en que habíamos disfrutado con su lectura.

Y llegó la Tarta Selva Negra, y cambiamos de tema y además teníamos prisa por llegar a “la sorpresa”, así es que emocionadas empezamos a abrir regalos, todos geniales y nuevamente Pilar nos sorprendió con regalos de su cosecha y de excelente calidad, con etiqueta incluida.