miércoles, 19 de febrero de 2020

Cena del Libro 13 de febrero 2020. Un Caballero en Moscú de Amor Towles


Me tomo la licencia de escribir esta acta ya que Emi, organizadora de la cena, no pudo asistir.
Nos reunimos en el Restaurante Albalat el 13 de febrero para comentar Un Caballero en Moscú escrita por Amor Towles. Echamos mucho de menos a las ausentes, Carmina, Emi, Maite y Marga. Desde aquí un beso enorme para todas y especial para Maite por el nacimiento de Maya.
No paso a describir el menú porque ya nos lo sabemos de memoria. ¡A ver si lo cambian ya!
Nos acompañó Mercedes Espinosa, profesora de Literatura, amiga de Pilar. Fue muy enriquecedora su compañía y sobre todo sus comentarios.
Voy a desvelar aquí algún secreto que Mercedes no quiso hacer por modestia y por no ser la protagonista en una cena en la que había sido invitada, según Pilar. Por una parte, deciros que los lunes a las 13:45 en Onda Cero Cáceres (89.5 FM) en el programa Más de Uno Cáceres, Mercedes comenta un libro al azar. Será interesante escucharla. Por otra parte, tiene un Blog “Lectura al Azar” en el que comenta libros que como ella misma escribe “Es el azar el que elige mis libros”.
Tengo que admitir que no tomé ninguna nota de lo que comentamos sobre el libro por tanto lo único que voy a decir es que nos gustó a todas y nos gustó mucho. Es un libro que recomendaríamos sin dudarlo.
Me voy a tomar la licencia de reproducir íntegramente aquí lo que Mercedes escribió en su Blog sobre este libro que yo no lo podría hacer mejor.


Comienza la novela con un acta fechada el 21 de junio de 1922 en Moscú, que corresponde a la “Comparecencia del conde Aleksandr Ilich Rostov ante el comité de emergencia del comisariado político de asuntos internos”. Para mayor verosimilitud el documento aparece con una tipografía distinta a la del resto del libro. Se condena al conde Rostov a una pena de confinamiento en el hotel Metropol, donde ha vivido los últimos años.
Asegura el escrito que merecería una condena a muerte porque “ha sucumbido a las corrupciones de su clase”. Pero tiene defensores entre los estamentos superiores del partido que lo consideran uno de los héroes de la causa prerrevolucionaria por un poema que escribió en 1913. El azar lo ha salvado, porque ya veremos lo que el propio Rostov nos dice sobre ese poema.
“Pero no se confunda: si vuelve a poner un pie fuera del Metropol, será ejecutado. Siguiente caso.” Así finaliza la nota y así comienza la historia de los 32 años que el conde Rostov pasó en este edificio singular. Supone un arranque muy sugerente.
Condenado a la reclusión él mismo se compara con Edmundo Dantes, Cervantes o Napoleón. Es como Robinson Crusoe, se crea un mundo. “Tras renunciar a los sueños de un rescate rápido, los robinsones del mundo real buscan cobijo y una fuente de agua potable, aprenden a hacer fuego con pedernal, estudian la topografía de la isla, su clima, su flora y su fauna y, mientras tanto, vigilan el horizonte por si ven aparecer velas en él y buscan huellas en la arena.” Ese será su propósito en el hotel: adaptarse a las nuevas circunstancias, y lo hace sin perder su refinada formación, su perspicacia, su inteligencia, su ternura, su conocimiento del alma humana.
Lo obligan a abandonar la suite de la que venía disfrutando para enviarlo a una minúscula habitación abuhardillada unos pisos más arriba. Solo podía escoger unos cuantos de sus objetos personales, los que cupieran en su nueva morada. Las descripciones de estos enseres nos hacen participar de la exquisitez de los diseños y la finura de los materiales. Renuncia a todos sus libros, conserva solo uno: los Ensayos de Montaigne.
Su nueva vida se hace de gestos pausados, no conoce tensión ni agobio. Él ha sabido conservar parte de su poder económico. Almuerza y cena sofisticados platos en los elegantes restaurantes del hotel, vedado para tantos compatriotas. Durante una de estas comidas conoce a Nina, hija de un burócrata ucraniano viudo, que de momento también vive en el Metropol. Con ella se convertirá en un niño que descubre hasta los rincones más apartados del gran establecimiento. Esto produce una sensación placentera comparable a las que generan nuestras incursiones en viejos álbumes de fotos: la aventura de lo cotidiano
Nina tiene un tesoro, ha conseguido una llave maestra que le lleva a cualquier recoveco. Nina y Rostov descubren la lujosa vajilla de Sèvres, que contuvo los manjares de la vieja aristocracia y que va a acoger las delicias que consuma la nueva élite bolchevique. Observan agazapados el salón de los exclusivos bailes de ayer que hoy se llena de reuniones políticas, pero sin que las actitudes personales ni las estrategias de los participantes hayan cambiado.
            El libro se llena de amigables historias que seducen nuestra curiosidad y nuestra fantasía. Hay amor y humor, grandes amistades, y no falta la intriga, ni tampoco el esperpento. ¿No es irrisoria la medida populista de despegar las etiquetas de las botellas de vino para arrancarles su identidad? ¿Qué mejor metáfora podría encontrar el autor para dibujar lo que tantos han criticado del poder uniformizador soviético? Towles juega con la ficción y la historia.
            Y llega Sofía: con pocos años y escasos kilos. ¿Cómo algo tan pequeño puede adquirir tan grandes dimensiones cuando entra en la asentada vida del conde, que ya lleva 16 años en el Metropol?
Sofia va a colmar la vida de este hombre. La niña crece junto a Rostov en el Metropol y se convertirá en una gran pianista.
Él debe planear algo para ella.
¡Cómo puede haber tanta vida, tantas historias, en un alojamiento del que solo salimos en dos breves ocasiones! ¿Y de dónde ha podido sacarlas Amor Towles? En una entrevista aseguraba que en sucesivas estancias en un hotel suizo se familiarizó con muchas de las caras que deambulaban por el hall año tras año. A partir de ahí surgió su novela.
Amor Towles me ha hechizado con su texto conduciéndome por un mundo de realidad y de ficción, lleno de atractivo y emoción.


Lo que sí hizo Mercedes es recomendarnos un libro: Paradero desconocido" de Taylor, Kressmann, que ya habíamos leído y con una nota de 8,5, cuando todavía calificábamos a los libros leídos.
La próxima cena será el día 2 de abril y leeremos El Baile del Reloj de Anne Tyler. Maite F. será la encargada de la organización.