Activo luchador de la resistencia francesa, fue capturado y torturado por la Gestapo en 1944, después deportado a Buchenwald en donde dos días antes de ser ejecutado puedo escapar al destino cambiado su identidad por la de otra persona fallecida. Escapó, fue capturado, volvió a escapar... Ha tenido una vida de película y una frase como lema:"Sólo es hombre quien se compromete". Ingresó en Naciones Unidas siendo uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
“Fue un milagro. Creíamos que no habría más guerras. Se conocían los crímenes de los campos; la vida retomaba sus derechos. Poco después, Corea, las guerras de descolonización, el telón de acero, devolvían beligerancia”.
Stéphane Hessel ha trasladado al papel esa sensación generalizada de indignación que está presente en el ambiente. No da palmadas en la espalda, no se conforma con un "es lo que hay" y anima a involucrarse. Su libro es un ejemplo de coherencia y dignidad a la vida de su lectores, anima a pensar, sin caer en paranoicas conspiraciones pero con desconfianza hacia los poderosos.
Stéphane Hessel, se declara partidario de la insurrección pacífica. En especial contra los medios de comunicación dominantes en manos del capital o del poder, y que sólo empujan a los ciudadanos hacia el consumo, el desprecio a la humildad y la cultura, el olvido generalizado y una competición despiadada de unos contra otros.
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