Cuando sea vieja, vestiré de morado,
con un sombrero rojo que ni haga juego,
ni me quede bien,
y me gastaré el dinero de mi jubilación
en coñac y guantes de verano,
y sandalias de raso.
Y diré que no hay dinero para mantequilla.
Me sentaré en el pavimento
cuando esté cansada
y devoraré muestras de las tiendas
y oprimiré los botones de alarma
y rasparé con mi bastón los barandales de las calles.
Y compensaré la austeridad de mi lejana juventud.
Saldré a caminar bajo la lluvia en zapatillas,
y arrancaré flores de jardines ajenos
y aprenderé a escupir…
Pero, tal vez debiera practicar un poco todo eso desde ahora.
Así la gente que me conoce no se asombrará,
ni se escandalizará al ver que, de pronto,
soy vieja y me empiezo a vestir de morado.Jenny Joseph ( Birmingham, Inglaterra, 1932). Periodista y poeta.
jueves, 17 de diciembre de 2009
Edgar Allan Poe, "La carta robada"-
Os adjunto un texto de E. Allan Poe con varias traducciones que me ha enviado Cristina (Sevilla). Ellas en su día tuvieron su debate sobre la importancia del traductor para una novela.
The Purloined Letter by Edgar Allan Poe
AT Paris, just after dark one gusty evening in the autumn of 18–, I was enjoying the twofold luxury of meditation and a meerschaum, in company with my friend C. Auguste Dupin, in his little back library, or book-closet, au troisieme, No. 33, Rue Dunot, Faubourg St. Germain. For one hour at least we had maintained a profound silence; while each, to any casual observer, might have seemed intently and exclusively occupied with the curling eddies of smoke that oppressed the atmosphere of the chamber. For myself, however, I was mentally discussing certain topics which had formed matter for conversation between us at an earlier period of the evening; I mean the affair of the Rue Morgue, and the mystery attending the murder of Marie Roget. I looked upon it, therefore, as something of a coincidence, when the door of our apartment was thrown open and admitted our old acquaintance, Monsieur G–, the Prefect of the Parisian police.
LA CARTA ROBADA. EDGAR ALLAN POE
Traducción: Jorge Luis Borges
En un desapacible anochecer del otoño de 18... me hallaba en París, gozando de la doble fruición de la meditación taciturna y del nebuloso tabaco, en compañía la de mi amigo C. Auguste Dupin, en su biblioteca, au troisiéme, Nº 33 Rue Dunôt, Faubourg St. Germain. Hacía lo menos una hora que no pronunciábamos una palabra: parecíamos lánguidamente ocupados en los remolinos de humo que empañaban el aire. Yo, sin embargo, estaba recordando ciertos problemas que habíamos discutido esa tarde; hablo del doble asesinato de la Rue Morgue y de la desaparición de Marie Rogêt. Por eso me pareció una coincidencia que apareciera, en la puerta de la biblioteca, Monsieur G., Prefecto de la policía de París.
Traducción: Julio Cortázar
Me hallaba en París en el otoño de 18... Una noche, después de una tarde ventosa, gozaba del doble placer de la meditación y de una pipa de espuma de mar, en compañía de mi amigo C. Auguste Dupin, en su pequeña biblioteca o gabinete de estudios del nº 33, rue Dunôt, du troisieme, Faubourg Saint-Germain. Llevábamos más de una hora en profundo silencio, y cualquier observador casual nos hubiera creído exclusiva y profundamente dedicados a estudiar las onduladas capas de humo que llenaban la atmósfera de la sala. Por mi parte, me había entregado a la discusión mental de ciertos tópicos sobre los cuales habíamos departido al comienzo de la velada; me refiero al caso de la rue Morgue y al misterio del asesinato de Marie Rogêt. No dejé de pensar, pues, en una coincidencia, cuando vi abrirse la puerta para dejar pasar a nuestro viejo conocido G.... el prefecto de la policía de París
Versión de Alejandro Jockl
Los Grandes Cuentos • La Opinión • 1977
UNA tormentosa tarde del otoño de 18.... me hallaba yo en París, disfrutando del doble placer de la meditación y una pipa de espuma de mar, en compañía de mi amigo C. Auguste Dupin, en su pequeña biblioteca "au troisieme, Nº 33, Rue Dunot, Faubourg St Germain". Habíamos mantenido profundo silencio al menos durante una hora, y cualquier observador hubiera dicho que nos hallábamos intensa y exclusivamente ocupados en la contemplación de las extrañas volutas de humo que oprimían la atmósfera de la cámara. En lo que a mí respecta, sin embargo, me encontraba discutiendo mentalmente ciertos temas que habían alimentado nuestra conversación en un período anterior de aquella tarde, aludo al asunto de la Rue Morgue, y al misterio que rodeaba el asesinato de Marie Roget. Me sonó pues a coincidencia que la puerta de nuestro departamento fuera abierta de súbito para dar paso a nuestro antiguo conocido, monsieur G., el prefecto de la policía de París.
Versión de J. Farrán y Mayoral
Narraciones Extraordinarias • Biblioteca Básica Salvat • 1970
En París, después de una tormentosa noche, en el otoño de 18..., gozaba yo de la doble voluptuosidad de la meditación y de una pipa de espuma de mar, en compañía de mi amigo C. Augusto Dupin, en su pequeña biblioteca privada o gabinete de lectura, situado en el piso tercero del número 3 de la rue Dunôt, en el barrio de Saint Germain. Durante una hora, por lo menos, habíamos permanecido en un profundo silencio. Cada uno de nosotros, para cualquier observador, hubiese parecido intensa y exclusivamente atento a las volutas de humo que adensaban la atmósfera de la habitación. En lo que a mí respecta, sin embargo, discutía mentalmente ciertos temas que habían constituido nuestra conversación en la primera parte de la noche. Me refiero al asunto de la rue Morgue y al misterio relacionado con el asesinato de María Roget. Consideraba yo aquello, por tanto, como algo coincidente, cuando la puerta de nuestra habitación se abrió dando paso a nuestro antiguo conocido monsieur G..., prefecto de la Policía parisiense.
The Purloined Letter by Edgar Allan Poe
AT Paris, just after dark one gusty evening in the autumn of 18–, I was enjoying the twofold luxury of meditation and a meerschaum, in company with my friend C. Auguste Dupin, in his little back library, or book-closet, au troisieme, No. 33, Rue Dunot, Faubourg St. Germain. For one hour at least we had maintained a profound silence; while each, to any casual observer, might have seemed intently and exclusively occupied with the curling eddies of smoke that oppressed the atmosphere of the chamber. For myself, however, I was mentally discussing certain topics which had formed matter for conversation between us at an earlier period of the evening; I mean the affair of the Rue Morgue, and the mystery attending the murder of Marie Roget. I looked upon it, therefore, as something of a coincidence, when the door of our apartment was thrown open and admitted our old acquaintance, Monsieur G–, the Prefect of the Parisian police.
LA CARTA ROBADA. EDGAR ALLAN POE
Traducción: Jorge Luis Borges
En un desapacible anochecer del otoño de 18... me hallaba en París, gozando de la doble fruición de la meditación taciturna y del nebuloso tabaco, en compañía la de mi amigo C. Auguste Dupin, en su biblioteca, au troisiéme, Nº 33 Rue Dunôt, Faubourg St. Germain. Hacía lo menos una hora que no pronunciábamos una palabra: parecíamos lánguidamente ocupados en los remolinos de humo que empañaban el aire. Yo, sin embargo, estaba recordando ciertos problemas que habíamos discutido esa tarde; hablo del doble asesinato de la Rue Morgue y de la desaparición de Marie Rogêt. Por eso me pareció una coincidencia que apareciera, en la puerta de la biblioteca, Monsieur G., Prefecto de la policía de París.
Traducción: Julio Cortázar
Me hallaba en París en el otoño de 18... Una noche, después de una tarde ventosa, gozaba del doble placer de la meditación y de una pipa de espuma de mar, en compañía de mi amigo C. Auguste Dupin, en su pequeña biblioteca o gabinete de estudios del nº 33, rue Dunôt, du troisieme, Faubourg Saint-Germain. Llevábamos más de una hora en profundo silencio, y cualquier observador casual nos hubiera creído exclusiva y profundamente dedicados a estudiar las onduladas capas de humo que llenaban la atmósfera de la sala. Por mi parte, me había entregado a la discusión mental de ciertos tópicos sobre los cuales habíamos departido al comienzo de la velada; me refiero al caso de la rue Morgue y al misterio del asesinato de Marie Rogêt. No dejé de pensar, pues, en una coincidencia, cuando vi abrirse la puerta para dejar pasar a nuestro viejo conocido G.... el prefecto de la policía de París
Versión de Alejandro Jockl
Los Grandes Cuentos • La Opinión • 1977
UNA tormentosa tarde del otoño de 18.... me hallaba yo en París, disfrutando del doble placer de la meditación y una pipa de espuma de mar, en compañía de mi amigo C. Auguste Dupin, en su pequeña biblioteca "au troisieme, Nº 33, Rue Dunot, Faubourg St Germain". Habíamos mantenido profundo silencio al menos durante una hora, y cualquier observador hubiera dicho que nos hallábamos intensa y exclusivamente ocupados en la contemplación de las extrañas volutas de humo que oprimían la atmósfera de la cámara. En lo que a mí respecta, sin embargo, me encontraba discutiendo mentalmente ciertos temas que habían alimentado nuestra conversación en un período anterior de aquella tarde, aludo al asunto de la Rue Morgue, y al misterio que rodeaba el asesinato de Marie Roget. Me sonó pues a coincidencia que la puerta de nuestro departamento fuera abierta de súbito para dar paso a nuestro antiguo conocido, monsieur G., el prefecto de la policía de París.
Versión de J. Farrán y Mayoral
Narraciones Extraordinarias • Biblioteca Básica Salvat • 1970
En París, después de una tormentosa noche, en el otoño de 18..., gozaba yo de la doble voluptuosidad de la meditación y de una pipa de espuma de mar, en compañía de mi amigo C. Augusto Dupin, en su pequeña biblioteca privada o gabinete de lectura, situado en el piso tercero del número 3 de la rue Dunôt, en el barrio de Saint Germain. Durante una hora, por lo menos, habíamos permanecido en un profundo silencio. Cada uno de nosotros, para cualquier observador, hubiese parecido intensa y exclusivamente atento a las volutas de humo que adensaban la atmósfera de la habitación. En lo que a mí respecta, sin embargo, discutía mentalmente ciertos temas que habían constituido nuestra conversación en la primera parte de la noche. Me refiero al asunto de la rue Morgue y al misterio relacionado con el asesinato de María Roget. Consideraba yo aquello, por tanto, como algo coincidente, cuando la puerta de nuestra habitación se abrió dando paso a nuestro antiguo conocido monsieur G..., prefecto de la Policía parisiense.
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22 comentarios:
Ya veis a qué horas me paso por aquí. Realmente estoy muy agobiado de trabajo. Así que, hasta dentro de una semana más o menos, no os podré hacer el caso que me gustaría.
Pero ya seguiremos hablando de literatura, y de galeradas, y de erratas, y de correctores de estilo...
El texto que habéis colgado hoy con sus diferentes versiones al castellano es un buen ejemplo de lo que yo os decía de que traducir literatura es muy parecido a interpretar un papel o una canción. De la misma forma que no da igual un actor o un cantante que otro, tampoco da igual un traductor que otro. Cada uno te va a ofrecer su propia lectura, servida además con distintas palabras. Sobre todo cuando la traducción es entre idiomas que no se parecen en nada, como sucede con el inglés y el castellano.
Si ya como simples lectores no todos leemos lo mismo, imaginaos a la hora de transcribirlo a un idioma diferente la de variantes que se pueden dar. Aunque ahí está la gracia por otra parte.
A mí se me suele escapar alguna lágrima traduciendo cuando tengo la sensación de que consigo expresar en castellano la emoción que me ha producido algo escrito en inglés.
En realidad los traductores somos un híbrido de lector-escritor bastante curioso.
En fin, que me enrollo otra vez...
Ah, entre los libros que os pueden gustar traducidos por mí, se me ocurren por ejemplo "El puerto de los aromas" de John Lanchester (al que en su día los libreros catalanes le dieron el premio a la mejor novela del año) o "El cuerpo de Jonah Boyd" de David Leavitt.
Os dejo los enlaces a la editorial, por si os apetece leer el argumento:
http://www.anagrama-ed.es/titulo/PN_574
http://www.anagrama-ed.es/titulo/PN_623
Ya os apareceré por el blog cuando remate este tocho que me trae por la calle de la amargura. Gracias por todo, y Happy Christmas.
Bien, bien. Pues tu sigue con lo tuyo y ya retomarás de nuevo con nosotras. Me parece interesante este "mundo nuevo" que yo (al menos) he descubierto.
Felices Navidades también para tí.
Para mí, al igual que para Beatriz, se ha abierto un mundo fascinante y al que no le había prestado ninguna atención. Al leer el relato original y las traducciones de E. Allan Poe, la verdad es que no sé con cuál quedarme, en lo que a "traducción literal se refiere", creo que haría una mezcla con dos de ellas. Pero es cierto que, al leerlas, transmiten sensaciones diferentes. Es curioso, nunca me había parado a pensarlo.
Me ha parecido interesante mandaros estos textos. Es el primer párrafo del cuento "La carta robada" de Edgar Allan Poe, según diferentes traductores. A nosotras nos lo trajo Pililebe en una cena.
La verdad es que Javier ha aparecido en un momento en el que nosotras estamos debatiendo sobre las traducciones, y que hemos decidido darle más importancia. Al leer Emma (de Jane Austen), Madame Bovary, y El filo de la navaja, reflexionamos sobre como varian algunos párrafos en las diferentes ediciones que comprábamos cada una. Algunas destacaban frases de su libro que en otros no aparecían, o descubríamos palabras que en otras versiones (hasta del mismo traductor) se sustituían por otras. Una de las cosas buenas que tienen grupos como los nuestros, es que se aprenden cosas más allá de las novelas que tenemos "como deberes del mes".
Os pongo otra curiosidad. En nuestro blog pusimos una entrada con palabras o frases destacadas de "El filo de la navaja" de Somerset Maugham. Había muchas, y le sacamos mucho jugo al libro. Mi edición era Debolsillo, más baratita y modesta que la de María sur (RBA, pasta dura, contraportada...). Las dos del mismo traductor, Fernando Calleja. María sur comparó mis frases con las suyas, y dijo:
"Pero es que lo mismo ocurre incluso cuando un mísmo traductor “revisa” o realiza diferentes traducciones de un mismo texto. Es lo que ha debido pasar con el libro que nos traemos entre manos. Qué motivos llevarían a Fernando Calleja a que en tu libro aparezca un “autor AGRAZ” y en el mío “un autor EN PROCESO DE MADURACIÓN”, o en el tuyo “le ZAHERÍA” y en el mío “le HUMILLABA”. Tu “alegría JOCUNDA” es “AMENA alegría” en el mío. Y en el tuyo “hablamos como dos TARABILLAS y en el mío como dos COTORRAS..."
P.D. Yo, la verdad, prefiero ser TARABILLA a COTORRA... no sé vosotras. Me parece más JOCUNDO.
Unas cuantas cosas
Una: Yo personalmente me quedo con la traducción de de Cortazar (en este trocito al menos), cuestión de gustos.
Dos: Acabo de sumar a mi lista de libros "El club de los Canallas" y "El cuerpo de Jonah Boyd", y como HOY ME VOY DE VACACIONES, los leeré y los comentaré, prometido. Estupendo esto de tener profesionales debatiendo en el blog.
Tres: Por curiosidad, Cristina, cual de las dos traducciones era anterior en el tiempo?, porque los términos de la tuya, aunque te gusten, son un poquito decimonónicos. Yo me entero mejor si me llaman COTORRA que TARABILLA!!!
Querida Maite F:
Uno: será que yo soy decimonónica, pero me gusta más tarabilla, me suena mejor, a persona más inquieta que pesada, con voz más cantarina y movimientos más ágiles... cooootoooorrraaaa me suena a persona pesadísima, que cuenta MUCHAS cosas poco interesantes... ¡qué cosas tiene el lenguaje!
Dos: "En proceso de maduración" me suena al vino de las barricas, me gusta más que el escritor sea "Agraz".
Tres: Creo que mi libro era anterior. Y como me gusta aprender palabras nuevas, además de ahorrarme una pasta porque era de bolsillo, me gustaban más mis frases... ¡Ea!
Esto se está poniendo a un nivel...........Seguir, seguir, es genial entrar en el blog de vez en cuando y tener tantas cositas interesantes que leer.
Que no decaiga, eh???
Muy breve, porque de verdad que estoy muy agobiado. Pero ya que no he podido evitar entrar un momentito en el cuarto de las niñas, a ver a qué estaban jugando a la hora de la merienda...
Lo de las dos versiones de la misma traducción de Fernando Calleja no tiene mucho misterio.
Como Fernando (de la misma saga que el Saturnino Calleja cuya editorial dio lugar a la conocida expresión "tiene más cuento que calleja") nació en 1904 y ya se murió, los de RBA le debieron de pedir a algún corrector de estilo que actualizase su traducción para que le resultara más fácil al lector de hoy, y en cambio los de Debolsillo respetaron la original (probablemente para ahorrarse la pasta, y no por lealtad a su versión).
La cosa no tiene malicia.
A veces, si no te andas con mucho ojo, te lo hacen aunque estés vivo (lo de retocarte la traducción a su gusto, digo). Imaginaos si ya estás muerto.
Por eso yo siempre me empeño en corregir personalmente mis pruebas de imprenta.
Y ahora sí que me despido, o no vais a poder disfrutar (eso espero) del libraco que me traigo entre manos.
Nos leemos.
PS: Ya sé que el parentesco entre Fernando y Saturnino también lo apuntaba alguien en el blog de Sevilla. Os tengo controladas...
Ya te vale, Javierito... ¡espiándonos! ¡qué vergüenza, a tu edad y con el libraco que tienes entre manos! ¡a que se lo digo a Anagrama!
Pues la verdad, me alegro que en este caso Debolsillo se ahorrara el corrector, porque disfruté tela con las palabras que aprendimos con Calleja.
Pero reflexiono después de leer tus sabias palabras: nos va a costar trabajo elegir la mejor traducción, al mejor corrector de estilo, a la mejor editorial, a la mejor portada... ¿tendremos que limitarnos a leer tus traducciones?
¡Ea, me voy a merendar!
Veo que a este paso, Javier no termina el libraco.
Calla, que he hablado esta mañana con la editorial y me han dicho que Jonathan Coe saca nuevo libro en mayo del año que viene.
Ya os podéis imaginar a quién le va a tocar traducirlo. El argumento tiene una pinta estupenda, pero no os quiero contar nada. Sólo proponeros un juego, para que veais lo difícil que es traducir algo aparentemente tan sencillo como un título.
A ver si se os ocurren cosas más sonoras y comerciales que a mí.
El título en cuestión parece fácil de traducir pero no lo es en absoluto. (Quiero decir, conseguir algo que resulte tentador para el oído y el bolsillo del lector español, evidentemente.)
Ahí va:
"The terrible privacy of Maxwell Sim"
A mí se me ocurren dos bastante distintos. A ver a vosotras.
Con calma, eh, sin agobiarse. Que realmente a este paso de "distracciones" no acabo el maldito tocho ni por una apuesta.
Anónimo soy yo, claro.
Escribo tan rápido que ya no sé ni cómo me llamo...
Mira Javier a este paso ni Mayo ni Junio. Encima empezamos con jueguecitos....bueno pues en cuanto esté "el libraco" terminado ya estamos concretando el encuentro Sevilla/Cáceres/Javier.
Javier, ¿tú sabes lo que nos gustan a nosotras los juegos con palabras? (no tanto como el jamón pero casi casi, ¡imagínate!)
Me voy a mi rincón de pensar...
Me han resultado muy instructivos y enrriquecedores, los comentarios del traductor,JAVIER y tengo una pregunta para él; que no es que no me deje dormir pero la llevo meditando hace años. La pregunta es: ¿puede traducirse la poesia?
CLANDESTINE
Quiero deciros que me han usurpado mi nombre, que no soy yo, que será otro/otra y lo han hecho clandestinamente .
Pero ahora si soy yo. Creo que ha sido bueno el que surgiera la discusión de la traducción el dia de la cena, ha servido para que Javier participe y nos aporte cosas, para mi interesantes, he descubierto la importancia y la dificultad de una buena traducción de la que antes no era tan consciente y fijate, veo que además de dominar el idioma, se necesita la habilidad de saber transmitirlo bien y llegar a emocionar ¡que dificil¡
He visto los libros que propones en anagrama, tomo nota y también pensaremos posibles ideas de titulo ..sin prisas.
Clandestine, eso de usurpar nombres... (A no ser que seas el espíritu redivivo de mi paisana Rosalía de Castro.)
Pues sí, se puede traducir poesía. Pero evidentemente va a tener aún más de "re-creación" que la traducción de prosa.
A veces hay versiones que, si no superan el original, al menos lo enriquecen.
Por ejemplo a mí me gusta mucho la antología bilingüe de los poemas de Emily Dickinson que publicó Margarita Ardanaz en Cátedra hace ya bastantes años.
Pero, claro, ponte tú a traducir a Lorca al inglés... Para empezar, aunque trates de realizar una traducción lo más ajustada posible, ni un toro, ni un cuchillo, ni la luna tienen la misma significación en el inconsciente colectivo anglosajón que en el español.
Así que suele ser muy difícil aproximarse siquiera a la resonancia de los versos originales, tanto en sentido como en musicalidad.
Ya lo decía Marguerite Yourcenar: "Traducir es como hacer maletas. Siempre hay que dejarse algo fuera."
Esto está genial, dan ganas de estar toda la terde pegada al ordenador. Coincido plenamente con Maite la traducción de Cortazar es la que más me gusta. ¿Puede ser porque siempre me han gustado sus libros?
Realmente es complejo este mundillo, si ya es difícil expresar lo que uno quiere, encima hacer llegar lo que otro piensa y en otro idioma me parece una pasada. Gracias Javier nos has animado de verdad, además de despertar nuestra curiosidad.
Me ha gustado tu exposicion, es muy instructiva, pero fijate creo que algunas cosas por la musicalidad de la lengua, son intraducibles por ejemplo este pareado de Machado:
cuando dos gitanos hablan
mienten, pero no se engañan
independientemente que el gitano y el chalan sean menos frecuentes en la GB hay otra cosa que es imperceptibla.
CLANDESTINE
Hola estoy con mis amigas Socorro y marilena, van a animarse a dar sus opiniones
Isa Mari
Isa, nos has dejado con la intriga. ¿Qué opinaban Socorro y Marilena?
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