domingo, 6 de abril de 2008

Dulce y el puto móvil

Hace unos días, invité a unas amigas, algunas grandes lectoras, a entrar en nuestro blog y animarlo con sus comentarios. Una de ellas, Pilar, me ha enviado esta anécdota personal, que ocurrió el día de la presentación del libro de Dulce Chacón (hace ya ocho años). Me ha gustado, así que le he adjudicado la categoría de microrrelato y la publico bien visible:

"Solo una vez, desde que tengo móvil, he olvidado apagar su sonido antes de entrar en un lugar en que deba ser silencioso. Lo apago sistemáticamente como un movimiento histérico al de entrar en el cine, en una conferencia o en una iglesia. Lo silencio incluso cuando subo a un tren o en un autobús cuyo recorrido supere el perímetro urbano. Sólo una vez, tan sólo una, se me olvidó y fue precisamente el día en que Dulce, de vuestra mano, vino a Cáceres.
Aquella tarde, después de su presentación y las palabras de Rosalía, Dulce nos habló de su obra, de sus motivaciones para escribir y del placer de finalizar un libro. También nos hablaba de su difícil itinerario vital y de la plena alegría de volver a querer y con sus palabras conseguía un éxtasis empático en aquel auditorio femenino. Más de repente, ¡Zas! Un puto móvil sonó alto, exagerado y desconsiderado.
Yo, segura de mi inocencia, maldije interiormente a la dueña del aparato hasta que, horrorizada, me di cuenta de que la dueña era precisamente yo. Mientras desesperada buscaba dentro del bolso el travieso teléfono que se escondía detrás de otros objetos, deseaba desaparecer, morir incluso, ya que la muerte me parecía la única excusa suficiente para tamaña inoportunidad. La muerte no llegó y sólo pude pedir perdón desde detrás del rojo de mi cara. Entonces Dulce esbozó una generosa sonrisa y recitó un improvisado verso que resolvió la situación de manera delicada y jocosa.
La vida siguió para mí, para todas nosotras y me alegra porque, aunque siguió cargada de su ausencia, esa visita suya siempre será un recuerdo que afiance la amistad de las chicas de la cena del libro. Por mi parte a veces la sueño en su eternidad escribiendo un libro en el que cuenta como una vez un puto móvil estropeó su acto

Besos a todas. Pilar"


3 comentarios:

Cristina dijo...

Estupenda anécdota, es curioso que siempre que suena un móvil pensamos que no es el nuestro.

Por eso yo he grabado la voz de mi hijo en la alarma, gritando a pleno pulmón: "mamá, te están llamando, mamá coge el teléfonoooooo!!!. Imposible equivocarme y echarle las culpas a las demás... aunque la vergüenza de que suene sea la misma y el maldito invento siempre sea lo último que aparece en ese saco sin fondo que son nuestros bolsos.

Beatriz dijo...

Pilar, leo el relato y parece que te estoy viendo cómo lo cuentas. No recordaba el momento "móvil" pero es verdad que debe ser tremendo que te pase. Por favor mañana en la charla de Marta Rivera de la Cruz, recordarme que lo apague!!!!!!

un beso también para tí.

Marga dijo...

Pilar: me ha encantado la historia del "puto movil", me acuerdo de la escena, me acuerdo de ti buscando el movil, que bien lo cuentas y que bien escribes, por favor sigue ayudando a recordar cosas pasadas.
Besos,