Cuando sea vieja, vestiré de morado,
con un sombrero rojo que ni haga juego,
ni me quede bien,
y me gastaré el dinero de mi jubilación
en coñac y guantes de verano,
y sandalias de raso.
Y diré que no hay dinero para mantequilla.
Me sentaré en el pavimento
cuando esté cansada
y devoraré muestras de las tiendas
y oprimiré los botones de alarma
y rasparé con mi bastón los barandales de las calles.
Y compensaré la austeridad de mi lejana juventud.
Saldré a caminar bajo la lluvia en zapatillas,
y arrancaré flores de jardines ajenos
y aprenderé a escupir…
Pero, tal vez debiera practicar un poco todo eso desde ahora.
Así la gente que me conoce no se asombrará,
ni se escandalizará al ver que, de pronto,
soy vieja y me empiezo a vestir de morado.Jenny Joseph ( Birmingham, Inglaterra, 1932). Periodista y poeta.
miércoles, 27 de febrero de 2013
Convocatoria - Jueves 7 marzo 2013
El próximo jueves dia 7 de marzo, nos volvemos a reunir. El lugar "Eustaquio Blanco", edificio Zigurat. Hora: 21,30. Convoca Carmina. La que no haya confirmado su asistencia, que lo haga YA!
Hasta el jueves 7 lectoras......
lunes, 18 de febrero de 2013
domingo, 10 de febrero de 2013
viernes, 8 de febrero de 2013
ALGUNAS CONSIDERACIONES
Época victoriana
Periodo
del reinado de la reina Victoria (20 de junio de 1837 al 22 de enero
de 1901)
Cuando
Victoria ascendió al trono, Inglaterra era esencialmente agraria y
rural; a su muerte, el país se encontraba altamente industrializado
y estaba conectado por una red de ferrocarril en expansión. Tal
transición no fue suave,
Las
primeras
décadas
del
reinado
de
Victoria
fueron
testigos
de
una
serie
de
epidemias
(con
mayor
impacto
el
tifus
y
el
cólera),
fallos
en
la
producción
de
grano
y
colapsos
económicos.
Generalmente
se divide a la época victoriana en tres etapas:
- Victorianismo temprano (1837-1851).
- Victorianismo medio (1851-1873).
- Victorianismo tardío (1873-1901)
El
periodo medio victoriano también fue testigo de significativos
cambios sociales, como el renacimiento de la doctrina evangélica, al
mismo tiempo que una serie de cambios legales en los derechos de la
mujer. Aunque carecían del derecho al sufragio durante la Época
Victoriana, ganaron el derecho a la propiedad después del matrimonio
a través del Acta de Propiedad de las Mujeres Casadas, el derecho a
divorciarse y el derecho a pelear por la custodia de sus hijos tras
separarse de sus maridos.
Novela victoriana
La
novela
dominó
la
literatura
inglesa
durante
la
época
victoriana.
La
mayor
parte
de
las
novelas
victorianas
eran
largas
y
prolijas,
con
lenguaje
intrincado,
pero
el
rasgo
predominante
de
la
novela
victoriana
era
su
verosimilitud,
esto
es,
su
representación
cercana
a
la
vida
social
real
de
la
época.
Esta
vida
social
estaba
largamente
informada
por
el
desarrollo
de
la
emergente
clase
media
y
las
maneras
y
expectativas
de
esta
clase,
en
oposición
a
las
clases
aristocráticas
que
dominaban
épocas
anteriores.
Por
primera vez en la historia inglesa, las mujeres asumieron un papel
central. La novela inglesa quedó definida, en gran medida, por las
obras de Jane Austen, Charlotte Brontë, Elizabeth Gaskell, y George
Eliot.
Esto
no significa que la novela victoriana no fuera diversa; sí lo era, y
de manera extraordinaria. Emily Brontë y Charles Dickens escribieron
en estilos muy diferentes y trataron temas completamente distintos.
Un elemento clave del estilo victoriano es el concepto de intrusión
del autor y sus apelaciones al lector. Por ejemplo, el autor podía
interrumpir su narración para pronunciarse sobre un personaje, o
compadecerse de él, o alabar a otro, mientras más tarde parece
exclamar "¡Querido lector!" e informar al lector o
recordarle otro punto relevante.
La
mayor parte de las novelas de la época victoriana se escribían en
forma serial; esto es, aparecía un capítulo por cada número en
periódicos o revistas (folletín). Así, la demanda era alta en cada
nueva aparición de la novela para introducir un nuevo elemento, bien
fuese un giro de la trama o un nuevo personaje, para mantener así el
interés del lector. Durante este tiempo, a los autores se les pagaba
por palabra, lo que acababa produciendo una prosa muy farragosa. En
parte por esto, las novelas victorianas tienen numerosas tramas, y
muchos personajes, que aparecen y desaparecen conforme dictan los
acontecimientos.
martes, 5 de febrero de 2013
Cena 31/01/2013
Llegamos
un poco antes Maite F y yo, para comprobar que la mesa era cuadrada y que todo
estaba en orden y todo perfecto, no había ningún problema, dejé encima de cada
plato unos marcapáginas, unos alfajores (recuerdo de Argentina) y Maite una
muestras de cremas. También coloque el menú.
Llegaron
en seguida Emma, Bea y su invitada Maribel, poco a poco, en goteo fueron
llegando las demás, faltaron María José, Pilar Bacas (mejoraros), Emi y
Carmina.
Empezamos
con una cerveza, y ni un mísero aperitivo, ni una aceituna, con lo ricas que
son la aceitunas extremeñas, nos tomaron la comanda, entre Carpaccio de ternera
con foie, Tosta de jamón con boletus o Ensalada césar, con un blanco Nadir,
bien rico y fresquito. Estábamos muy alborotadas y con muchas ganas de hablar.
Empezamos
a hablar de temas recurrentes, como la caldera de Maite o temas actuales, el
atropello de dos personas muy queridas y cercanas para muchas de las presentes.
Y
entramos en materia, empezamos a hablar del libro de Gabriel García Márquez, “El
coronel no tiene quien le escriba”, gustó mucho, alguien dijo que después de
“100 años de soledad” era el libro que más le había gustado de el Gabo, y la verdad es que
la novela es preciosa, un viejo coronel que espera la pensión que nunca llega,
se comenta de cómo el coronel baja todos los días durante 15 años al puerto,
con la esperanza de recibir la pensión, tienen un gallo, que cuidan y
alimentan, anteponiéndolo a ellos, para participar en peleas de gallos, unas
decían que es el último recuerdo de su difunto hijo Agustín y otras
considerábamos que era el baluarte de su idealismo, en este punto Rosa, dijo
que el gallo era un “gallo triste”, se
comentó y polemizó sobre las peleas de gallos, costumbre arraigada en algunos
lugares, como el cercano pueblo Albalá (antiguamente Albalá del Caudillo) y Rosa
colocó encima de la mesa una cesta bien decorada, y nos dejó con la intriga,
ante nuestros ruegos, nos dijo que eran huevos de “gallina feliz”, y nos dio
uno a cada una, sobraron, y como nos gustan tanto los sorteos, a poner
númeritos…algunas que tiene la suerte de tener huevos de “gallinas felices” los
dieron y alguna de nosotras se llevó 4 huevos, fue la noche de los “huevos”, es
que tiene “muchos huevos la cosa”.
Como
podéis ver, la presentación era ideal.
Llegamos
a los segundos, algo lentos, se elegía entre Medallón de solomillo ibérico con
couilis de frambuesa, Secreto ibérico a la parrilla con patatas panaderas y
Bacalao confitado con morcilla de Guadalupe, las que pedimos este plato, la
morcilla de Guadalupe se convirtió en chipirones con patatas panaderas, que por
cierto estaba muy rico, en este punto,
abrieron Nadir tinto, muy bueno, y empezamos a hablar del otro libro "Las viudas
de los jueves" de Claudia Piñeiro, que también gusto mucho, al principio cuesta
la lectura, ya que es una novela coral, y no lineal en el tiempo, sino que va
y viene, Maite nos fue diciendo los tiempos verbales en algunos capítulos y en
otros el narrador omnisciente, a mi me gustó mucho porque lo he leído en
mi viaje por Argentina y se me ha hecho muy cercana, con el country y la
pileta. La obra narra la historia de un grupo de personas que viven en Altos de
la Cascada, un country de alto nivel de la provincia de Buenos Aires, y lo que hacen
para sostener una vida basada en el dinero y en las apariencias. Gente muy
pobre de valores, con miradas sesgadas de lo que pasa fuera de las cuatro
paredes de sus casas, mujeres frustradas que no saben cómo llenar las largas
horas del día, maridos maltratadores o infieles en el mejor de los casos, hijos
abandonados a la suerte o criados por las sirvientas peruanas o paraguayas… en
fin, un cuento de hadas, el dinero, algunos poco dinero y posición social. Siempre presente y como columna vertebral
de sus vidas y de sus decisiones: incluso de sus muertes.
Y
llegó el postre, solo quedaban 2 Tiramisú casero, que las más rápidas se lo
quedaron, otras la panacota (estaba insípida) y de las demás ya ni me acuerdo. Se
habló de la diferencia con la película, que también vimos, como el guión es muy
diferente y sobre todo el final, que en la novela gustó, porque al final queda
esperanza y no así en la película. Hablamos de los distintos personajes, Mavi,
el Tano, Teresa, los chicos…, la pobre Carla, Ronie, que a mi me parece un
personaje valiente y en cambio a otras no, alguna apuntó que la relación entre Carmen
y su criada podían aparecer indicadores de lebianismo, pero otras apuntaron que
es el argumento de los vecinos para no demostrar la no aceptación de las
diferentes clases sociales. Una novela que dio mucho que hablar.
Se
procedió al sorteo de la crema y la afortunada fue Julia.
Se
comentó que Pilar Galán quiere asistir a la cena, ¡te haremos un hueco!.
Se
habló también de distintos libros que se han propuesto y de la descarga de
libros, pero eso lo dejamos para la intimidad del grupo.
La
próxima cena la organiza Carmina, el 7 de marzo, y el libro Orgullo y Prejuicio
de Jane Auster en conmemoración de los 200 años, ya que la primera edición se
publicó el 28 de enero de 1813.
Sobró
dinero y Bea quedó encargada de comprar el cuponazo, lo mismo nos toca y nos
vamos a vivir a los Altos de la Cascada.
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