
Entrevista:
P.- ¿Qué va a encontrar en este libro el lector que se acerque a Vanessa Diffenbaugh? Sobre todo se va a encontrar la historia de un personaje como es el de Victoria que es una chica que ha pasado por el sistema de acogida, que ha crecido sin amor, sin concebirlo y sin la capacidad de darlo y que tiene una pasión que es el lenguaje de las flores, que le sirve para comunicarse. He intentado por un lado, hacer el retrato de una chica de este estilo, y por otro, introducir al lector en este misterioso y romántico lenguaje que es el de las flores.
P.- Tema principal: los sistemas de acogida americanos criticados continuamente en novelas y películas. ¿Son realmente así? Sí, la verdad es que el sistema es tan malo como se describe. De hecho no hay más que ver a través de los medios los resultados y los diferentes elementos que lo componen, para poder llegar a esta conclusión. Lo que pasa es que yo quería ir más allá de esa visión maniqueista que todos solemos tener (las familias de acogida son malas, los niños son problemáticos), y en ese sentido demostrar (porque lo creo) que personas que tienen problemas para establecer vínculos, que les cuesta relacionarse, en el fondo, pueden llegar a transformarse.
P.- El concepto de familia tradicional, de amor maternal quizás ¿está en crisis hoy en día? En ciertos aspectos sí que es verdad que en mi libro existen elementos de distorsión de la familia como tal, pero sigo considerando que es el núcleo ideal en el que una persona puede llegar a recibir el afecto necesario para crecer hasta convertirse en un ciudadano de provecho. Y en ese sentido, yo creo que mi libro demuestra que el concepto tradicional de familia puede expandirse, y hacerse mucho más amplio. Es algo que he vivido y lo demuestro con mi experiencia: uno de los miembros de mi familia, que no es mi hijo biológico, es un chico de acogida. Él es mi hijo y yo soy su madre, y éste es un ejemplo de familia expandida.
P.- ¿Cómo descubrió El lenguaje de las flores de Charlotte de Latour que inspiró tu novela? Lo descubrí con dieciséis años trasteando en una librería. Encontré un libro muy conocido de Kate Greenaway, un diccionario ilustrado con el significado de las diferentes flores. Y de ahí, conocí el libro de Latour que abrió el camino a ese diccionario. Lo llevaba conmigo a todas partes, hacía poemas con flores, las buscaba en el campo… Es una idea que desde entonces me obsesionó.
P.- Personajes perfectamente desarrollados, sobre todo el de Victoria. Resulta paradójico que con todo lo que ha sufrido esa chica se refugie en algo tan sutil como las flores. Pero así es. Yo no lo encuentro paradójico, porque realmente más allá de que cada flor tenga su significado, lo que realmente le interesa al personaje de Victoria es que puede expresar muchos sentimientos negativos sin necesidad de transmitirlos. Así, en lugar de regalar una rosa roja (que significa amor) puede regalar lavanda, cardo o albahaca. Expresar esa ferocidad interior de forma libre a través de las flores, es quizás lo más revelador.
P.- Ya veo que has tenido experiencia como madre de acogida. Es algo que se nota conoces bien. ¿Buscas referentes reales para dibujar tus personajes? La verdad es que creo que posiblemente tome menos referencias reales que otros escritores. Para mí lo importante es la historia, y ya desde el borrador la voy levantando. Luego vuelvo sobre el mismo y vigilo y redondeo los detalles. Realmente yo no pasé por el sistema de acogida, a mí no me abandonaron, pero sí que me sirvió la experiencia de trabajar durante años con personas dentro de ese sistema. Y en ese sentido, no me costó meterme en la piel de un personaje como el de Victoria, que ha sido abandonado, sin techo. Mi padre incluso, fue algo que se tomó a mal, el hecho de que yo fuese capaz de entender esa situación tan bien sin haber pasado por ello. Todo ese conocimiento me lo ha dado el hecho de haber trabajado desde dentro.
P.- Novela sobre todo de mujeres. Pocos hombres. Parece un libro destinado al público femenino, pero sin embargo no resulta un libro exclusivamente para mujeres. El asunto es que cuando un hombre escribe un libro sobre hombres y en el que aparecen hombres, no se habla de un libro para hombres. En general, es un libro sobre la vida. Pues esto es lo mismo, pero desde otra perspectiva: un libro escrito por una mujer, en el que efectivamente salen muchas mujeres, pero que puede ser provechoso para todo tipo de público, incluso para hombres que quieran adentrarse en cuestiones quizás más típicamente femeninas como el mundo de los sentimientos, de la maternidad.
P.- En el fondo ¿escribes sobre la realidad que te hubiese gustado encontrar? Este libro está basado en la historia real de una chica que yo conocí, y que me hubiese gustado mucho acabase así (como en el libro), pero no fue el caso. Era el típico síndrome de persona que cuanto más te acercas, más trabas pone, más sabotea el hecho de establecer vínculos con ella. En cierta forma, con este libro traté de meterme en su piel, en su perspectiva, para ver que podía haber hecho para que acabase así.
P.- ¿Te esperabas el éxito tan rotundo que ha tenido tu novela? Ni lo imaginaba ni creí que fuese posible. Ni en la mejor de mis perspectivas creía que podría viajar tanto para promocionar la novela, ni que ésta se fuese a traducir a casi cuarenta idiomas. P.- ¿Cuándo y como se planteó Vanessa Diffenbaugh comenzar a escribir? ¿Qué te resulta más difícil? Yo he trabajado toda la vida desde muy joven y muy duro. En un momento dado que mi marido tenía un bueno puesto y nos planteamos ser padres, vi que tenía más tiempo y entonces me pude plantear el hecho de escribir. Lo que me resulta más difícil a la hora de escribir son los diálogos.
P.- ¿Qué influencias literarias podrías destacarnos en esta novela? Posiblemente, esto no sea algo que suelan asumir los escritores, pero yo solo pretendía era hacer un libro que tuviese buena acogida, que apeteciese leer. No pretendía hacer una obra maestra de la literatura, aunque por supuesto que he puesto todo de mi parte para hacerlo lo más atractivo dentro de mis posibilidades. Si buscase un paralelismo con otro libro, una inspiración que podría indicarte es Cometas en el cielo, que es una obra que aborda una temática igualmente intensa, áspera, dura. Es un libro que absorbe y que yo leí varias veces para diseccionar esos elementos que lo hacían tan atractivo.
P.- Aprovechando tus conocimientos, ¿qué flor tendría que regalarse para desear suerte? ¿Y para transmitir seguridad? La campana de Irlanda para transmitir buena suerte. Y la pasiflora para infundir confianza.
6 comentarios:
A mi me está gustando el libro, aunque también me está sorprendiendo bastante ese sistema de familias de acogida. Pensaba que era un poco exagerado todo hasta que he leido la entrevista. Increíble.
No sabes de la padres adoptivos que devuelven a los niños.....Y en USA creo que el número es todavía mayor....
Gracias por la información
A mi también me ha gustado aunque reconozco que el tema de la acogida me ha sorprendido mucho, quizás haya sido un detalle que me haya tenido enganchada al libro. Por otra parte las flores me apasionan y puede ser que fuera lo que me llamó la atención cuando vi el libro. Ya conoceré detalles de otras lectoras ya que no puedo ir a la cena con todo el dolor de mi corazón. Así podéis decir que el libro no os ha gustado nada, ya que lo propuse yo, je je.
Verónica siento que no vayas. Gracias por proponer el libro, a mí me ha encantado, me ha relajado, me ha gustado e interesado el tema de las acogidas y no digamos ya el tema de las flores con un significado para cada sentimiento.
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