domingo, 20 de noviembre de 2016

Acta de “La cena del libro” del 17 de noviembre de 2016

Nos reunimos, a la hora convenida, en el restaurante que hay en el Adarve de la Estrella. Echamos de menos a Julia, Rosalía, Maite Macías, Emma y Marga.
Hablamos del libro “No tengo miedo”, publicada por primera vez en 2001, del escritor italiano Niccolô Ammaniti, nacido en 1966. Su título original es “Io non ho paura”
Comenzamos hablando de cuál es a nuestro juicio el tema central de la novela. Se van diciendo distintas ideas: la infancia, la lealtad, la pérdida de la inocencia, la imaginación, la soledad, etc. Temas que subyacen a lo largo de la historia.
Parece adecuado el título, sobre todo el final, aunque realmente el chico protagonista, a pesar de su edad es muy valiente pero sí que pasa miedo.
Está magníficamente descrito el ambiente de un caserío perdido entre los campos resecos del sur de Italia, donde se desarrolla la historia,  a lo largo de un verano tórrido en el que al fin estalla la tormenta. Todas estamos de acuerdo. Es un ambiente claustrofóbico. A algunas nos ha recordado en algunos pasajes a la novela Intemperie. Hace sentir el calor y la atmósfera, física y moralmente, irrespirable. Refleja la Italia profunda de los años setenta, con la mafia como telón de fondo. Se huele el polvo, la miseria, el frío, el calor, el olor, el sudor…
El punto de vista elegido por el autor nos parece muy adecuado. Muy bien conseguida la visión de un niño, escrita por él mismo, en primera persona, veinte años después. Desde la óptica del niño se contempla la familia y los acontecimientos terribles que suceden. La violencia entre los adultos., y también entre los niños, que contrasta con la ternura que la novela rezuma en ocasiones. Expresa muy bien la niñez, Se mete en la mentalidad de los niños. Te sumerge, con la lectura, en la visión de un niño, lo acompañas, lo comprendes. Entre el grupo de los únicos seis niños que viven en el pueblo es más normal ser malo que bueno (“las cosas son de quien las ve primero”), pero el protagonista sí tiene buenos sentimientos. En un mundo agresivo, él no lo es. En la relación con su madre se percibe un vínculo afectivo especial. Su admiración hacia el padre va evolucionando a lo largo de la obra.
Los personajes tienen mucha fuerza. Las descripciones  de su aspecto y características físicas son muy plásticas (el padre, la madre, el viejo, las señoras…). Algunos de los niños no están descritos, casi no habla de ellos,  pero no hace falta, ya que ellos mismos demuestran cómo son, no es necesario que el autor los muestre.
La estructura nos ha parecido también muy interesante. Cómo cada cierto tiempo, el escritor ha introducido un dato, un detalle, una observación que mantiene el interés, anuncia o hace prever que algo diferente y especial va a pasar en medio de ese mundo de desidia y tardes eternas en que los mayores duermen la siesta mientras los niños deambulan por los campos y por la única calle del pueblo. Esos momentos de intriga o premonitorios, esos presagios que en ciertas ocasiones ha introducido el autor hace que el resultado sea redondo.
El lenguaje empleado es sencillo, fluido, sin florituras. Contextualiza las escenas hablando de detalles, a veces casi insignificantes, que ilustran el momento. Todas opinamos que se lee muy bien. Resulta fácil de leer.
Algunas afirman que les gusta más el libro ahora, después de haberlo compartido.
Nadie ha encontrado cosas negativas. Aparte de las opiniones anteriores, se añade  que no decae el interés.
El final de la novela no ha satisfecho a todas. En opinión de varias, este final se precipita de manera demasiado rápida. Algunas opinan que el autor debería haberlo explicado más. En opinión de otras, el final hubiera resultado un poco blando, de haberse alargado. Es el único punto en que se vierten opiniones diversas, aunque no enfrentadas.
Todas lo hemos leído. No ha pasado como en algunas otras ocasiones, en las que alguna ha (o he) abandonado la lectura por falta de interés. Lo recomendaríamos, pero no a todo el mundo
La novela ha fue llevada al cine en 2003. La película, del mismo nombre, está dirigida por Gabriele Salvatores.
Quizá he repetido algunas ideas y opiniones. Siempre me resulta muy difícil tratar de reflejar todo lo que se dice (y eso que esta vez éramos pocas).
Ha sido sorprendente el grado de acuerdo en las opiniones y percepciones de la novela. Hemos desgranado el libro sosegadamente Me alegro de la suerte que he tenido con que me toque hacer un acta de una lectura que ha interesado a todas las presentes.
Hemos acordado leer la novela “Las chicas”, de la escritora americana Emma Cline:
http://www.elespanol.com/cultura/libros/20160912/154985318_0.html
La próxima cita será el 12 de enero. Julia nos convocará. Cada una de nosotras llevará el regalo que los Reyes Magos hayan dejado en su casa. Yo sugiero que sea un regalo “carpe diem” (fungible y disfrutable), pero que cada cual pida a los magos lo que quiera, faltaría más, siempre que sea baratito.
Feliz otoño y un fuerte abrazo. Y otro especial para Rosalía.
Pilar


martes, 15 de noviembre de 2016

Última cena del año 2016

Nos veremos el jueves 17 en la Tapería Puerta de la Estrella, a las nueve y media, como de costumbre.
He elegido el mismo sitio que la última vez ya que parece que gustó. Este establecimiento se encuentra en el Adarve de Santa Ana (no tengo noticia de que ahora se llame Adarve de la Estrella, pero igual estoy equivocada).
Hablaremos del libro No tengo miedo, de Niccolò Ammaniti.
Después de hablar del libro, elegir el próximo que vamos a leer, fijar la nueva fecha, etc., habrá un examen (del tipo del que puse en el restaurante de la calle Sergio Sánchez, que solo aprobaron las hermanas Campos y que algunas suspendieron por copionas). Habrá premios importantes. El tema será en esta ocasión, naturalmente, la Plaza Mayor de Cáceres (solo entra ese). ¡Madre mía, qué deformación profesional!)
Un abrazo y "no tengáis miedo". De nada, pero de nada.
Pilar

domingo, 9 de octubre de 2016

ACTA CENA DEL LIBRO 6 DE OCTUBRE 2016 "El tiempo que nos une" de Alejandro Palomas

Nos reunimos en la Tapería “Puerta de la Estrella” sobre las 21:30 horas, 12 de las componentes de este grupo de lectura” Cena del Libro”.
Foto al comienzo de la cena, faltan Emi y Pilar
 Echamos de menos la ausencia. Con un comedor pequeño y acogedor donde nuestra mesa ocupó la mayor parte del espacio, comenzamos la cena tertulia con la compra de gafas para la campaña de Súmate al rosa de la AECC, gafas, por cierto, que nos sentaban muy bien a todas.
En cuanto empezamos el primero de los cinco platos, ensalada César con pollo a nuestra manera, se iniciaron los comentarios sobre el libro El tiempo que nos une de Alejandro Palomas.
Me tomo la libertad de copiar (http://www.casadellibro.com/libro-el-tiempo-que-nos-une/)  un resumen del argumento de libro para que sirva de recordatorio.
Una novela de voces femeninas, una saga de mujeres inolvidables.
La abuela Mencía convalece junto a su nieta, Bea, que no quiere contar lo que de verdad le duele. Éste es el inicio de El tiempo que nos une, una novela coral de voces femeninas, una saga de mujeres con corazones tan grandes que son capaces de albergar desde el amor más profundo hasta el mayor de los sufrimientos. Entre las cinco protagonistas de la historia los lazos familiares se entretejen hasta formar una red que a veces atrapa, otra abraza y que, sobre todo, protege. Mencía, la matriarca sabia y deslenguada; Lía, que siempre se queda; Flavia, que vive en la ausencia; Inés, madre que sufre y amante que lamenta; y Bea, la más joven, son personajes inolvidables, que callan secretos, pero gritan verdades, y que sienten y ríen y lloran.
Podría decir que ha gustado a la mitad de las componentes, pero con muchos comentarios al respecto. Para algunas la novela no es nada creíble y por tanto comienza la discusión de si deben ser creíbles las novelas o más bien si una novela puede gustar aun no siendo creíble. No opinamos todas lo mismo y ésta es una constante en nuestras reuniones. A juicio de la mayoría, el libro resulta reiterativo, a veces cansino. Es una novela en la que los personajes, más que el argumento, son los importantes, lo que sienten, lo que nos cuentan, lo que transmiten, lo que son, por qué son así y lo que son capaces de hacer y no hacer, de decir o no decir, de callar, de querer...
Mencía es el hilo conductor de esta novela, aunque es narrada por otros personajes, sus hijas y sus nietas. Esta alternancia en la narración es la que nos hace descubrir cómo es cada uno de los personajes. A juicio de alguna de nosotras es incómodo tener que revelar quién es la narradora en cada capítulo por lo que cuenta. Estamos de acuerdo que el autor, Alejandro Palomas, no cambia de lenguaje, aunque cambie de narrador. Es el mismo cuando habla la abuela, la hija o la nieta.
Consideramos que el autor debe tener algunos conocimientos similares a los que cuenta por todos los detalles que escribe sobre las mujeres.
A medida que avanzaba la cena con los siguientes platos: croquetas de queso azul y nueces con membrillo, parrillada de verdura, rollitos de puerros y gambas con mermelada de tomate, íbamos desmenuzando algunos aspectos de la novela. Llegamos a preguntarnos si Mencía podría parecerse a alguna abuela real, y concluimos que no en su totalidad. Sí es verdad que alguna de nosotras dijo que algunos comportamientos de Mencía le recordaban a alguien cercano. Sugerí poner calificativos de acuerdo a nuestra apreciación sobre el personaje de Mencía, y estos fueron los que anoté: histriónica, matriarca, controladora, egoísta, esperpéntica, maleducada, irreverente, deslenguada, espero no olvidar ninguno, si fuera así podéis añadirlos en los comentarios.
Leímos algunos fragmentos de la novela y uno de ellos nos gustó mucho por la ternura que desprende cuando se lee. Lo añado en el primer comentario a esta entrada por si alguna quiere releerlo.
No hubo descanso en cuanto a comentarios del libro, en realidad como he dicho antes no gustó a todas, aunque lo habíamos leído todas o casi todas, pero sí que dio mucho juego y causó muchas discusiones.
En los postres contamos con la presencia de otra integrante que intentó, con bastante éxito, adivinar una a una si la novela nos había gustado o no. Por lo que al final fuimos 13.

Con el postre variado decidimos la fecha y próxima lectura que será: No tengo miedo de Niccoló Ammaniti el día 17 de noviembre y la organizará Pilar Bacas.

jueves, 6 de octubre de 2016

Cena 6 de octubre: El Tiempo que nos une-

El día 6 de octubre a las 21:30 nos reunimos para comentar el libro "El Tiempo que nos Une" de Alejando Palomas.
Lugar: Taperia Puerta de la Estrella "Tu Co-Zina"

Dirección: Adarve de la Estrella, 4, 10003 Cáceres

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jueves, 25 de agosto de 2016

El acta olvidada

Os pido perdón a todas, ¡no he puesto el acta en el Blog!, me había olvidado por completo de ella.
La verdad es que la misma noche de la cena, gracias al WhatsApp, todas sabíais lo que teníamos que leer, cuándo y a quién le correspondía la siguiente cita, pero es imperdonable no transmitiros los acontecimientos de la noche.
La cena fue el pasado 7 de julio, día de San Fermín, y habíamos quedado en ir vestidas acorde con la celebración, es decir, de blanco y rojo. Se llevó el premio Maite Macías, iba perfecta, se envió una fotografía al grupo de los móviles.
Cenamos en el Restaurante Calenda y, curiosamente, estuvimos dentro porque las tardes anteriores había llovido y todo el mobiliario de la terraza estaba empapado. ¿Quién nos diría en aquella fecha que faltaban por venir días y días con sus noches eternas agotadoras de calor?
El libro que habíamos leído era “Una suerte pequeña” de Claudia Piñero.
Después del jaleo inicial habitual, hasta que nos ponemos al día de los acontecimientos importantes de cada una (la boda de la hija de Emma ese sábado, entre otras cosas) comenzamos con el análisis pormenorizado del libro.
Estábamos de acuerdo en que creaba intriga desde el principio, con una estructura interesante de un relato cortado mezclado con el de la protagonista. El primer comentario fue que, más que una suerte pequeña, era una mala suerte de coj… A una del grupo le aburrió desde el principio y lo dejó, pero en general todas lo habíamos leído y terminado sin problema.
Como aspectos negativos, las más técnicas decían que los personajes eran planos en una sociedad plana, buenos y malos sin matices, mejor perfilados los “malos”. Aunque las demás considerábamos que tal vez se debía a que solo describía cómo se comportan ante un hecho concreto y la forma que esa sociedad tenía de destacar o hundir a determinadas personas, sin considerar otros méritos. También para algunas sobraba tanto relato sobre la evaluación de centros educativos.
Sin embargo, la descripción de los momentos difíciles (el dolor profundo, que dice Pilar) es muy buena, con páginas llenas de sutileza, ternura y emoción; muchas de nosotras nos habíamos conmovido y, aunque es más parecido a un folletín en muchos aspectos, la mayoría considerábamos que tiene reflexiones que dejan poso. Impresionante el relato del hijo.
Lo más criticado fue el relato de su encuentro fortuito en el avión, porque lo inverosímil de una novela debe ser creíble. A partir de este comentario la conversación cambió por completo. Comenzaron a surgir y a contar los encuentros fortuitos que habían tenido algunas de las presentes. Uno de ellos, estaba relacionado con el tema del libro y le había ocurrido a Isa Mari cuando viajaba en un tren que tuvo un accidente porque había arrollado a un coche. Siguieron otros relatos, muy curiosos y entrañables que fueron el broche de oro de esta maravillosa cena.
Gracias a Pilar, tan ordenada y estructurada ella, que me facilitó su resumen del libro. También encontré el cuaderno de los apuntes de la cena. Me he divertido mucho recordando y escribiendo estas páginas.
Buenas vacaciones a las que estamos en ello y a las demás, feliz vuelta a la normalidad y rutina diaria.
Próxima cena: el 6 de octubre, le corresponde a Verónica. El libro elegido, como todas sabéis y ya estáis en ello, es “ El tiempo que nos une” de Alejandro Palomas.
Feliz verano y que se acabe el calor, por favor.

jueves, 7 de julio de 2016

Convocatoria Cena Sanferminera

Esta noche, a las 21,30 horas, tenemos una cita de nuestra querida Cena del Libro. Como quisimos que coincidiera con el día de San Fermín, en honor a estas fiestas, propusimos que fuéramos vestidas de blanco y con pañuelo rojo. Si queréis, y dados los calores del momento, podemos llevar algo rojo aunque no sea en el cuello, creo que puede valer otro lugar (visible, se entiende). La cena es en el Restaurante Calenda, en el Adarve del Padre Rosalío. Cenaremos dentro, por si hay tormenta (como estas últimas tardes) y porque fuera no reservan las mesas. Comentaremos el libro: "Una suerte pequeña", de Claudia Piñeiro.
Breve historia de la Fiesta de San Fermín Los orígenes de las fiestas de San Fermín se remontan a la Edad Media y están relacionados con tres celebraciones: los actos religiosos en honor a San Fermín, intensificados a partir del siglo XII, las ferias comerciales y las corridas de toros, documentadas desde el siglo XIV. En los inicios, la fiesta conmemorativa de San Fermín se celebraba el 10 de octubre, pero en 1591 los pamploneses, cansados del mal tiempo, decidieron trasladar la fecha original a julio y hacerla coincidir con la feria. De este modo nacieron los Sanfermines. En su primera edición duraron dos días y contaron con pregón, músicos, torneo, teatro y corridas de toros. Posteriormente se fueron añadiendo otros actos como fuegos artificiales y danzas, y se prolongaron hasta el día 10.

sábado, 11 de junio de 2016

ACTA "CENA DEL LIBRO" 19 de mayo


Como estaba previsto nos reunimos el día 19 de Mayo para comentar el libro “Lejos de Ghana” de Taiye Salasi. El encuentro cena fue en el  Paladar de Felisa, tuvimos un salón para nosotras solas importante a la hora de hablar pues ya la discriminación auditiva va estando más dura. Así la conversación es más fluida Faltaron algunas ya previstas y algún imprevisto. Tuvimos como invitadas a Pazzis que era su primer encuentro en esta cena y Mónica que ya había estado con nosotras.
Como siempre al inicio, con los entrantes , hablamos de todo y por alguna razón llegamos al orden y desprendernos de cosas, también comentamos del libro  la magia del orden muy relacionado con el tema
Con los platos fuertes, comenzamos con nuestro libro ¿Por qué ese título? Marga y Vero comentaron como el titulo ha variado de unos países a otros y parece que hace referencia a esas bolsas a cuadros grandes de rafia tan típica en los inmigrantes.
La autora es afroamericana y ella habla en una entrevista de un nuevo concepto los “afropolitas” hace referencia a todos esos jóvenes que teniendo sus orígenes en África han nacido y vivido en diferentes países de Europa y África.
La lectura del  libro como en todo grupo hay diferentes impresiones, para algunas les ha gustado la riqueza  de lenguaje para describir  y la forma  de su relato que va desgranando la historia de esa familia, curioso y atractivo, para otras les ha resultado pesada.
Se hablo de esa familia donde parece que se quieren y están todos ahí en ese momento  ya acuden con Fola a África con  la muerte del padre, pero no son capaz es de expresar lo que sienten entre ellos. Comentamos también la situación de los mellizos, las situaciones dura por las que pasan a las que envía su madre pensando que era bueno para ellos. Al final desde diferentes lugares y momentos se reencuentran y todos van a la llamada de Fola y vuelven a Ghana.
Nos llamo la atención cuando nace “Bebe Sai” no se le pone nombre por la alta mortalidad infantil y a partir de ahí hablamos y comentamos las diferentes formas de vivir y enfrentarnos a la muerte en las diferentes culturas. La madre   de Kweku también había perdido un hijo  y tras el ritual volvió a sus tareas diarias.
Llegamos a los postres, esta vez se pidieron pocos (faltaban las más golosas¡) y como siempre hablamos de nueva fecha y nueva propuesta. Como Septiembre lo veíamos lejos y queríamos un encuentro decidimos un libro pequeño y dejar otra propuesta que había para después del verano y quedamos:
Cena:  día 7 de Julio
Libro: “Una suerte pequeña” de Claudia Piñeiro
Organiza: Rosa C.

jueves, 19 de mayo de 2016

Convocatoria de la cena

Esta noche 19/05/2016, a las 9.30 os espero en el Paladar de Felisa, Calle de Sergio Sánchez, 10, 10003 Cáceres.

viernes, 29 de abril de 2016

"Ghana must go" Lejos de Ghana

"Ghana must go"

lunes, 11 de abril de 2016

ACTA DE LA CENA DEL 31 DE MARZO: LA LEY DEL MENOR.IAN MCEWAN.

Perdonar la tardanza, pero tenía las notas muy muy guardaditas y no las encontraba. Nos reunimos el 31 de Marzo en Santiesteban. Un jueves un poco acidentado porque sólo estuvimos 10,incluso yo estuve a punto de fallar porque el día antes habia tenido un virus que me tenía un poco pachucha, pero con ganas lo pude arreglar comiendo poco y suave. La cena estuvo bién aunque el salón estaba lleno no nos fué mal,pues al ser pocas, podiamos hablar y escucharnos. Pilar Bacas empezó sorteando" El último Bulevar", la primera publicación de Cáceres Verde, que había presentado en el Ateneo. Una defensa de una parte importante de nuestra ciudad, La Avenida de la Montaña. Ah!! El libro me tocó a mi. Después de un poco de cotilleo, nos centramos en el libro "La ley del menor". El titulo fué la primera discrepancia que surgió.Para algunas no era muy adecuado. En lo que si coincidiamos era en la protagonista, Fiona. Una profesional respetada especializada en derecho de familia y con una larga experiencia. Mujer madura que acaba ver como su matrimonio navega en la rutina y su marido le pide una única aventura. Ella nos pareció emotiva y racional. Jueza impecable. El libro no describe su historia personal pero se vé. De todos los casos en los que trabaja, todos muy interesantes,nos centramos sólo en el de Adam, un chico con leucemia que rechaza una transfusión de sangre que le puede salvar la vida por ser Testigo de Jehová. Adam no ha cumplido los 18, no es mayor de edad por lo que el futuro no está en sus manos sino en las del tribunal que preside Fiona.Ella lo visitará al hospital y allí hablarán de poesia y música. Esto les unirá, sobre todo la música, es su esperanza. La religión es coprotagonista de esta historia, pero ella no toma parte en su religión, no la critica, ella le escucha y luego actuará. Le salva la vida por lo que sentirá una dependencia afectiva con él. Yo creo que este libro tenía mucho para hablar, pero... no fué así , no profundizamos mucho y eso que gustó a la mayoría de las presentes.Pasamos a hablar de cine. La próxima cena será el 19 de Mayo. la organiza Rosalía y leeremos " Lejos de GHANA", De Taiye Selasi.

jueves, 10 de marzo de 2016

ACTA CENA 18 DE FEBRERO 2016 "EL HEREJE" MIGUEL DELIBES



18 de febrero de 2016, puntuales la mayoría, menos las que habían ido a ver un corto al Ateneo que estaban disculpadas, nos juntamos una vez más en Eulogio Blanco, sonrientes y besuconas, alegres de reencontrarnos y echando de menos a M José, Maite Macías y Marga que por motivos dispares no habían podido asistir.
Entre plato y plato, ensalada de perdiz, berenjenas, tacos de solomillo, fruta y dulces y después de habernos puesto al día, del nuevo niño y de la alegría de la abuela de estar con él, y el recuerdo de las que faltaban, fuimos comentando y desgranando “El Hereje” de Miguel Delibes.
Una vez más, y gracias a la riqueza del grupo surgió la polémica, es genial porque no tenemos punto medio, a algunas les encantó, a otras les fue enganchando y a otras entre las que me encuentro fue la obra de Delibes que menos nos había gustado de las que conocíamos. Si coincidíamos todas, que el inicio era un poquito caótico. A las que les había parecido interesante defendían lo bien que describía a los personajes y lo bien documentado que estaba, sin embargo Pilar comentó que le había llamado la atención que en una conferencia que había estado, el ponente al cual no menciono, lo había calificado de anacrónico y justificaba su afirmación diciendo que en esa época no existían los gremios, bueno opiniones con la que otros historiadores no parecen coincidir.
Se destacó lo bien que describe el Valladolid del siglo XVI y la vida de la ciudad que vive un momento de expansión, en un contexto histórico relacionado con las corrientes protestantes, la censura y la Inquisición. Logra igualmente llevar a la reflexión sobre la intolerancia y la violencia que proviene de ella-
Yo leí una crítica encontrada en un Blog “La Ficción Gramatical” con la que me identificaba totalmente, ya que afirmaba lo que yo pienso “Vaya por delante que Delibes me parece un narrador excepcional, un escritor extraordinario de una solidez y solvencia indiscutible, pero no por ello resulta menos llamativo que el inicio de su carrera y tristemente su final, se produzcan con sendas obras en falso….”,  tal vez, porque me faltaban las palabras para expresar mis opiniones sobre la obra o porque como era la organizadora de la cena consideré que debía aportar otros comentarios o reflexiones, que enriquecieran al grupo, como habíamos hecho otras veces, pero no fue muy acertado por mi parte, porque originó polémica y desencuentros que lamento.
Quiero terminar con una frase del libro, que el autor pone en boca de Pedro el párroco de Pedrosa “….LA VERDAD Y LA CULTURA, PARA SER TALES, DEBEN MARCHAR UNIDAS”.

lunes, 29 de febrero de 2016

LA ESPERA (Concurso de relatos Breves, Malén Álvarez)

LA ESPERA
Llegó cansada al aeropuerto después de un vuelo corto y un retraso interminable.
Conocía la ciudad como la palma de su mano, pues había vivido allí algunos años, y mientras lo hizo la disfrutó y la vivió intensamente.
Pidió al taxista que la llevase al hotel, y mientras hacían en silencio el recorrido detuvo su mirada en las esquinas conocidas, en algunos rincones mientras veía cómo habían ido desapareciendo algunas casas de azulejos, o pequeños bares de comidas que daban paso a edificios altos de cristal y acero, o a cafeterías enormes en donde turistas y funcionarios desayunaban deprisa, para volver al trabajo o para patear la ciudad cuanto antes. No tardaron demasiado en llegar a lo que, durante los siguientes siete días, sería su casa y su lugar de trabajo, pues desde Madrid la enviaban a una convención que duraba toda la semana, cinco días exactos, a los que ella sumó sábado y domingo, y así tener tiempo para aquel lugar que formó parte de su vida. El lunes cogería el primer avión que despegase de vuelta.
La entrada en la recepción fue tranquila, la mayoría de los participantes no habían llegado o no se dejaban ver. Después de todo, no comenzarían hasta las cinco de la tarde, y eso les dejaba un amplio margen para hacer turismo, o para descansar.
Pidió una habitación con vistas al río, y aunque el agua se divisaba a lo lejos, es verdad que brillaba, casi cegadora, y que además se podía ver la silueta del castillo a la derecha, y la desembocadura a la izquierda, roto el curso del agua por el puente. Se detuvo un tiempo más en recorrer con la mirada lo conocido, y se dispuso a deshacer la maleta.
Para todos ellos: los conferenciantes, los participantes, los elegidos a tan alta convención, les habían dejado una bandejita con chucherías de chocolate, dos delicadas copas, y un buen vino dulce.
Sobre una de las mesillas vio un sobre alargado de buen papel, que supuso sería la bienvenida correcta y rutinaria por parte del director. Una carta en la que les daban a los huéspedes la acogida que merecían por haber elegido su hotel. Decidió abrirla más tarde, cuando acabase, cuando volviera de comer, antes de ir a la primera reunión, que se celebraba en el primer piso con un buen café y unos dulces de la Pastelería Nacional. Y agua con gas, y agua sin gas, y nada de alcohol hasta la cena de la noche, se dijo mientras colgaba la ropa en el armario, como en todos estos sitios, como en todas estas reuniones…
No era demasiado tarde cuando entró de nuevo en la habitación, satisfecha por la excelente cena y también por los primeros contactos que había establecido. Gente ya conocida, y otros nuevos con los que tendría una convivencia amable durante aquellos días. De hecho había prevista alguna excursión a los alrededores, y ese tiempo libre resultaba tan productivo como la reuniones de horas interminables.
Puso la televisión, y se puso el pijama, decidió probar el vino que le ofrecía el hotel, y recordó la carta que vio por la mañana en su mesilla. Se instaló cómodamente en la cama, y abrió el sobre que llevaba esperando todo el día.
Pero no era una carta de bienvenida lo que encontró, no era un mensaje impersonal, unas frases hechas las que agradecían su elección y le deseaban una feliz estancia; eran unas letras en tinta azul, bien dibujadas, de trazo firme que comenzaban, sin encabezamiento, a hablar de amor, en un papel amarillento y desgastado.
Su desconcierto fue total: “Ida hace tanto y tan añorada. Tan recordada cada día, a pesar de que la vida ha seguido con fuerza, pero sin ti…” No podía dejar de leer, aquellas frases la atrapaban y continuó hasta el final mareada por el vino y por las palabras. Tomó otra copa antes de dormir.
Todo fue bien durante la mañana. No volvieron al hotel hasta la tarde, y mientras abría la puerta, y la luz tamizada la acogía, pensaba en la carta de la noche anterior. Allí estaba de nuevo el sobre, dentro el papel con las dobleces antiguas y marcadas, y sobre él el texto con que comenzaba: “Mi querida María…”. Y repitió el rito de la noche anterior, la lectura pausada, el paseo lento de su mirada por los trazos finos y alargados de aquellas letras, luego ese afán por conocer los lugares de los que hablaba, esos lugares tan queridos por ella, los cafés, las plazas.
Volvió contenta pero cansada, era ya el cuarto día de estancia y empezaban a pasar factura las horas de negociaciones, y la sonrisa permanente. Ese día habían invertido el orden de trabajo, toda la mañana la habían pasado en una pequeña ciudad tranquila y turística, llena de tiendecitas de recuerdos, de cafés, de calles empinadas. Realmente los tratos se hicieron en el autobús de vuelta, de modo que ese día tan largo había terminado para ella. Cenaría en su habitación, y luego volvería a repetir lo que era ya necesidad, la lectura de la carta que la esperaba en la mesilla: “Mi amor, mi amante, mi amiga: tú sabes cómo me gustaba cuando escondías tus manos entre las mías…”. Se había ido acostumbrando a aquellos mensajes de amor, tan auténticos y tan tristes.
La última noche, después de la última carta, hizo una llamada. Felicitó al director del hotel por su buen hacer, una conversación ligera y llena de cortesía. Después de un breve silencio le dijo que respetaba su actitud. “Sé que prometimos no volver a vernos, pero tenía que oír tu voz antes de irme. Gracias por haberme hecho llegar las cartas que nunca me mandaste”. Nadie contestó al otro lado.
A la mañana siguiente dejó el hotel muy temprano, cuando aun no había amanecido.

relatos breves

miércoles, 13 de enero de 2016

MALÉN ÁLVAREZ: VERDAD EN LA ESCRITURA

12 enero, 2016

“Cuando sea vieja y todo mi trabajo consista en contemplar el paso de las estaciones para confundirlas siempre con otras primaveras, quiero hacerlo siempre desde un gran ventanal, para gozar de un solo golpe del tiempo que ya no me queda”.
Malén Álvarez, El ancho olvido, 2004.
Nostalgia. El cristal frío de una tarde de lluvia y el vapor del aliento que lo empaña. Los colores de la juventud y el sonido de una risa que se apagó hace tiempo. Y otras muchas, diferentes sensaciones, imágenes en las que nos sumerge este párrafo. Imagen: es la clave de la deliciosa prosa de la escritora Malén Álvarez. Pocas cosas se valoran menos que la cultura en nuestra sociedad, pero es difícil convencer a los amantes de la literatura, las series o el cine de que son bienes de lujo cuando sabemos que la sed de historias es una necesidad. Historias que nos hacen vivir otras vidas, viajar a mil lugares o saborear la cotidianidad que pasa de largo en nuestro día a día. Una búsqueda de experiencias que encuentra un lugar idóneo en la obra de esta autora, con un característico estilo visual que consigue a través de diferentes recursos que envuelven al lector en esa otra realidad.
IMAGEN 1- niña
Una trayectoria de más de veinte años de publicaciones que recorren la novela, con títulos como El Altozano (1992), La cáscara amarga (1999) o El ancho olvido (2004), relatos en revistas y volúmenes colectivos como las explosiones literarias de Oswiecin (Alcántara, 2005), Espejos (La quinta dimensión, 2009) o Es lo que ocurre con los sueños (Norbania, 2014), y cuentos, no sólo aquellos que nos hacen entrar en otras tierras y otros tiempos como su última publicación Un cuento corto (Letras para crecer II, 2015), sino los que nos hacen chocar con la realidad, de por ejemplo, el maltrato a la mujer, como es el caso de Consuelo (Somos dos con dignidad, 2004). Un abanico de historias de todo tipo con un arma infalible en común que atrapa al lector: la verdad, que nos hace conectar. Enmascarada en fantasía o en una bella crudeza, la escritora demuestra que no es sinónimo de realidad. ¿Cómo se crea “verdad” en un libro?
En una entrevista concedida a Libre Producciones en 2015, encontramos una clave importante de la verdad de Malén Álvarez. La autora habla de cómo su proceso de creación parte de su entorno inmediato para añadir después una buena dosis de imaginación: “Yo creo que uno escribe de lo que conoce, y lo que conoces es tu vida, tu biografía y tu entorno inmediato. Es verdad que luego el escritor recrea y miente o disfraza (…), y la imaginación la dejas volar.” Esta afirmación se traduce en uno de los rasgos fundamentales de su escritura: los temas empapados de cotidianidad pero casi siempre con un tinte de fantasía que sigue los pasos del realismo mágico hispanoamericano, profundizando en la realidad a través de la magia que hay en ella. Así, en la novela El Altozano (1992), la autora parte de una premisa fantasiosa en la que tras la muerte de su abuela, la protagonista se equivoca al marcar un número de teléfono y encuentra al otro lado precisamente a su abuela, pero hace más de cincuenta años atrás. Y enLa cáscara amarga (1999) por el contrario, el punto de partida es absolutamente realista (la herencia de una casa que sorprende a la protagonista al comenzar la historia), pero la novela está cargada de elementos imposibles: un lechero al que su vaca lamió la calva y ahora luce una melena de color azul, una estanquera que sólo habla con versos alejandrinos y la tía de la protagonista que enrolla cáscaras de naranja en sus muñecas para liberar las penas.
IMAGEN 2-Malén
Otro rasgo de su entorno inmediato que reconocemos en su obra es la frecuente narración en primera persona y siempre desde un punto de vista femenino, además de incluir dos protagonistas fundamentales: el espacio y el tiempo que nos sitúan en el aquí y el ahora de esa forma tan intensa en la obra de esta autora. Estos elementos son esenciales en la sensorialidad de las escenas que describe Malén Álvarez. El tiempo en forma de luz, de estación o de arrugas en la piel que nos daba esa nostalgia inevitable en el texto con el que comenzábamos el artículo. Y los lugares que, aunque imaginarios en muchos de sus relatos, parten de un paisaje cercano para la autora, como en el caso de El ancho olvido (2004), donde Lisboa, en la que vivió una temporada de su vida, se involucra con olores, colores y presencias en la historia, según sus propias palabras.
IMAGEN 3-Lisboa
Decíamos que verdad no es sinónimo de realidad, aunque se parta de ella. En la verdad de esta obra interviene de forma decisiva el foco sobre los detalles (a veces cotidianos, a veces mágicos, a veces ambas cosas), el darle otra mirada a las cosas que pasan por nosotros día a día. Esos detalles son narrados a través de un estilo muy particular de “prosa-poética”, y la combinación resultante es un discurso intuitivo pero muy trabajado para encontrar la palabra precisa que te sumergirá en su mundo.
“La llegada del buen tiempo, la ligereza del aire, el olor de las flores que comenzaban a abrir, llenaban el cuarto de la costura de risas a media voz, de susurros de siesta y crujidos de almidones que ocupaban el ambiente con un alboroto de pajarera.”
Malén Álvarez, Un cuento corto, 2015.
IMAGEN 4-Sorolla
Involucrarte en la historia de un libro, donde puedes detenerte, releer o aislarte por completo, donde la imagen se crea directamente en nuestra mente, adaptándose a nosotros y a nuestra propia verdad no sólo consiste en una experiencia única con la que poder saborear a nuestro ritmo un relato, sino que también se convierte en una potente forma de sensibilización. Desde un punto de vista muy íntimo, los relatos de Malén Álvarez ponen además voz a dramas impactantes, históricos o sociales. Es el caso de los relatos de Oswiecin (Alcántara, 2005), donde la mirada de la autora a la tragedia del holocausto judío y el campo de concentración de Auswitch se manifiesta en forma de monólogos de los dueños de esas gafas apiladas, trenzas, montones de maletas y zapatos desparejados cuando aún eran suyos. Consuelo(Somos dos con dignidad, 2004) sigue un formato muy parecido, desarrollando la historia de una mujer maltratada a través de las miradas de distintos personajes.
“Los árboles no se mueven con el viento. Ni se mecen sus hojas con la brisa. El sol no me ciega y ya es mediodía”
Malén Álvarez, prólogo de Oswiecin, 2005.
IMAGEN 5-Balneario
Esa verdad que buscamos en las historias, no es única ni igual para todos. Retomando las palabras de la autora, “lo que conoces es tu vida y tu entorno inmediato”, y eso es diferente para cada uno de nosotros. Es difícil buscar una verdad universal, y lo que puede llegarle a algunos, a otros quizá les deje indiferentes. Sin embargo, dentro de esta premisa hay una gran diferencia entre la escritura que sale de nosotros (aunque luego añadamos elementos externos más o menos conocidos, investiguemos e imaginemos) y la escritura que no ha sido sentida. La obra de Malén Álvarez está llena de movimiento, el movimiento que se genera cuando combinas opuestos (¿o quizá complementarios?) como emoción y técnica, prosa y lírica, realidad y fantasía. Está llena de vida, de su verdad. Y los textos, las películas, las historias de verdad nunca te dejan indiferente.
“Entonces, cuando se cerraba definitivamente la puerta, el murmullo de la galería se apagaba, y quedaban enredadas entre los hilvanes las palabras, hasta el día siguiente en que todo volvería a comenzar.”
Malén Álvarez, Un cuento corto, 2015.
Milena Cañas