Cuando sea vieja, vestiré de morado,
con un sombrero rojo que ni haga juego,
ni me quede bien,
y me gastaré el dinero de mi jubilación
en coñac y guantes de verano,
y sandalias de raso.
Y diré que no hay dinero para mantequilla.
Me sentaré en el pavimento
cuando esté cansada
y devoraré muestras de las tiendas
y oprimiré los botones de alarma
y rasparé con mi bastón los barandales de las calles.
Y compensaré la austeridad de mi lejana juventud.
Saldré a caminar bajo la lluvia en zapatillas,
y arrancaré flores de jardines ajenos
y aprenderé a escupir…
Pero, tal vez debiera practicar un poco todo eso desde ahora.
Así la gente que me conoce no se asombrará,
ni se escandalizará al ver que, de pronto,
soy vieja y me empiezo a vestir de morado.Jenny Joseph ( Birmingham, Inglaterra, 1932). Periodista y poeta.
jueves, 25 de agosto de 2016
El acta olvidada
Os pido perdón a todas, ¡no he puesto el acta en el Blog!, me había olvidado por completo de ella.
La verdad es que la misma noche de la cena, gracias al WhatsApp, todas sabíais lo que teníamos que leer, cuándo y a quién le correspondía la siguiente cita, pero es imperdonable no transmitiros los acontecimientos de la noche.
La cena fue el pasado 7 de julio, día de San Fermín, y habíamos quedado en ir vestidas acorde con la celebración, es decir, de blanco y rojo. Se llevó el premio Maite Macías, iba perfecta, se envió una fotografía al grupo de los móviles.
Cenamos en el Restaurante Calenda y, curiosamente, estuvimos dentro porque las tardes anteriores había llovido y todo el mobiliario de la terraza estaba empapado. ¿Quién nos diría en aquella fecha que faltaban por venir días y días con sus noches eternas agotadoras de calor?
El libro que habíamos leído era “Una suerte pequeña” de Claudia Piñero.
Después del jaleo inicial habitual, hasta que nos ponemos al día de los acontecimientos importantes de cada una (la boda de la hija de Emma ese sábado, entre otras cosas) comenzamos con el análisis pormenorizado del libro.
Estábamos de acuerdo en que creaba intriga desde el principio, con una estructura interesante de un relato cortado mezclado con el de la protagonista. El primer comentario fue que, más que una suerte pequeña, era una mala suerte de coj… A una del grupo le aburrió desde el principio y lo dejó, pero en general todas lo habíamos leído y terminado sin problema.
Como aspectos negativos, las más técnicas decían que los personajes eran planos en una sociedad plana, buenos y malos sin matices, mejor perfilados los “malos”. Aunque las demás considerábamos que tal vez se debía a que solo describía cómo se comportan ante un hecho concreto y la forma que esa sociedad tenía de destacar o hundir a determinadas personas, sin considerar otros méritos. También para algunas sobraba tanto relato sobre la evaluación de centros educativos.
Sin embargo, la descripción de los momentos difíciles (el dolor profundo, que dice Pilar) es muy buena, con páginas llenas de sutileza, ternura y emoción; muchas de nosotras nos habíamos conmovido y, aunque es más parecido a un folletín en muchos aspectos, la mayoría considerábamos que tiene reflexiones que dejan poso. Impresionante el relato del hijo.
Lo más criticado fue el relato de su encuentro fortuito en el avión, porque lo inverosímil de una novela debe ser creíble. A partir de este comentario la conversación cambió por completo. Comenzaron a surgir y a contar los encuentros fortuitos que habían tenido algunas de las presentes. Uno de ellos, estaba relacionado con el tema del libro y le había ocurrido a Isa Mari cuando viajaba en un tren que tuvo un accidente porque había arrollado a un coche. Siguieron otros relatos, muy curiosos y entrañables que fueron el broche de oro de esta maravillosa cena.
Gracias a Pilar, tan ordenada y estructurada ella, que me facilitó su resumen del libro. También encontré el cuaderno de los apuntes de la cena. Me he divertido mucho recordando y escribiendo estas páginas. Buenas vacaciones a las que estamos en ello y a las demás, feliz vuelta a la normalidad y rutina diaria.
Próxima cena: el 6 de octubre, le corresponde a Verónica. El libro elegido, como todas sabéis y ya estáis en ello, es “ El tiempo que nos une” de Alejandro Palomas.
Feliz verano y que se acabe el calor, por favor.
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