Iniciamos del curso académico 2013/2014 con la cena del 3 de octubre. El lugar resultó un acierto. La organización fue fácil, la mesa (cuadrada) estaba perfecta y no hubo necesidad de recomponerla, el amplio local nos permitió hablar sin interferencias de mesas vecinas y el menú de tapas, rico, fue servido con ritmo.
Nos reunimos casi todas, solo faltaron Mª Jose, Maite M y a ultima hora Verónica, pero para compensar tuvimos a dos invitadas muy potentes: Paloma y Maribel, que desde el principio participaron en las conversaciones con naturalidad.
Comenzamos con un batiburrillo de conversaciones, como siempre. Sobre la mesa desfilaron los viajes exóticos que han disfrutado algunas este verano, la India y sus ratas, el si será verdad que el hombre piso la luna en 1969.... Más centradas después en el tema de nuestro grupo relatamos, (¡otra vez!) la historia de nuestro particular “club de lectura”, del que todas nos sentimos muy orgullosas porque empezamos en una época en la que las lecturas en grupo no estaban tan de moda como ahora y porque hemos conseguido mantenerlo durante muchos años. Maribel también acude a un grupo en la casa de la mujer y nos contó como en una ocasión, leyeron y comentaron “La voz dormida” de Dulce Chacón con los presos de la cárcel (tremenda experiencia).
Pero esta vez el prólogo de la cena no se extendió mucho, y rápidamente entramos a saco a comentar los libros. Por sugerencia de una de las tertulianas, lleve un guión para que los comentarios no se dispersaran y para evitar discusiones demasiado acaloradas. A mi me parece que fue una ayuda, no era un guión nada académico y no perdimos espontaneidad. Pero creo que no todo el mundo comparte esta opinión, así que os ruego a todas, que valoréis este punto en los comentarios al acta, y así sabremos que es lo que prefiere la mayoría, aunque luego cada una lo organice a su manera, ¡faltaría más!.
Empezamos por el “El hombre del traje gris” de Sloan Wilson. Desde hace años era una propuesta no aceptada, y mira por dónde, todas nos hemos alegrado de descubrirlo. El libro ha recibido un aplauso por unanimidad. En primer lugar el titulo, perfecto y fuerte, capaz incluso de crear un estereotipo, el del “hombre del traje gris”, como imagen del conformismo cómodo. Luego el retrato nítido de la época, los años 50, con el lastre de la segunda guerra mundial, y el dibujo de la mujer y la familia americana, todo ello acompañado por unos personajes secundarios magníficos, algunos con un tinte cómico (el pediatra que odia a los niños por ejemplo) que acompañan a la pareja protagonista, a la que contemplamos en su evolución a medida que la historia se desarrolla.. hasta llegar al final, que a mi me resultó bastante almibarado (lo siento tengo que decirlo, para eso me ha tocado el marrón de redactar este acta). Pero fui la única, el resto lo aplaudió. También se apuntó que la traducción resultaba un poco arcaica. Solo nos ha quedado pendiente ver la película, que no hemos sido capaces de encontrar, pero si alguna lo consigue lo haremos antes de la próxima cena.
Después de hablar largo y tendido del primer libro, el comentario de “Perdida” de Gilian Flynn, resulto descafeinado. Unas no lo habían leído por insoportable, a otras les pareció demasiado previsible. Pero quedábamos un grupo de irreductibles a las que la historia de amor/odio del matrimonio protagonista nos ha enganchado, nos ha hecho disfrutar y nos ha sorprendido. Hubo acuerdo en considerar el ritmo de la historia como muy cinematográfico y se apuntó la reflexión de que el conjunto de los personajes, tanto los principales como los secundarios, aparecen construidos o destruidos a partir de sus historias familiares, corroborando que es la familia la que fundamentalmente dibuja nuestra personalidad más íntima.
Acabado el comentario de los libros, pasamos a otras cuestiones. Se fijó la próxima cena para el jueves 14 de noviembre, y la encargada de la organización ( y de redactar el acta) será Bea.
Las recomendaciones y sugerencias de lecturas fueron muchas, solo transcribo las que tuve a bien apuntar ( nos fueron todas, lo siento)
-El guardián invisible, de Dolores Redondo
-No me cuentes tu vida, de Luis García Montero
-Némesis, de Philip Roth
-Verde agua, de Marisa Madieri
-Sueños en el umbral, de Fátima Mernissi
-Los ingrávidos, de Valeria Luiselli
-Los indiferentes, de Alberto Moravia
-Precioso día para la boda, de Julia Strachey
Los dos últimos han sido los elegidos como lectura para la próxima cena.
Y esto fue casi todo. Continuamos con los ya clásicos sorteos. Esta vez fueron regalos traídos de la India y las ya clásicas cremitas variadas.
La guinda corrió a cargo de nuestras invitadas, con unas palabras muy generosas que nos regaló Maribel y la lectura que nos ofreció Paloma y que podéis releer al final
A petición de Doña Tecla, añado el esquema para un comentario ordenado de los libros:
-Título (significado, oportunidad..)
-Temas o ideas fundamentales
-La novela en su tiempo histórico
-Personajes (principales y secundarios, evolución, sentimientos que despiertan)
-Autor (datos biográficos relevantes o interesantes)
-Estructura de la novela
-Opinión personal
Texto de Paloma
UNA CUARTILLA PARA LA CENA DEL LIBRO
Pilar me propone asistir a una cena de su club de lectura. Libros, mujeres, tertulia, cenita, Pilar…Hummm, pinta bien. Sin embargo una vez aceptada la propuesta me asaltan algunas dudas.
No las conozco. ¿Quienes y cómo son?
Al hacerme esta pregunta, no me refería realmente a la búsqueda de descriptores físicos, algo que tal vez un hombre si se podría plantear. Tampoco se trataba de indagar acerca de su potencial intelectual, lo que igualmente pudiese interesar a un varón si tuviera que vérselas con un grupo de posibles “mujeres sabias”, debatiendo en un club de lectura femenino. No iban por ahí mis cavilaciones.
Realmente, tratándose de algo lúdico, me interesaba más saber algo acerca de sus rasgos de personalidad. Si eran divertidas, templadas, campechanas, bromistas, burlonas, cercanas o enigmáticas; aunque si algo tenía bien claro era que ninguna de ellas sería más vieja que yo. Siempre me ocurre. Por otra parte, tampoco se trataba de hacer una tesis doctoral, no iba a quedar con Pilar para que me ilustrase en profundidad en torno al asunto. Así pues, lo deje correr.
Sin embargo, a los pocos días volví a la carga, y a la vez que abordaba la escritura de una parte de un relato que se estaba yendo a la deriva, pensando en ellas, las incorporé a la trama.
Y aquí están. Leyendo placidamente en uno de esos…
ESPACIOS ÍNTIMOS DE MUJER
Las pienso sosegadas. Abandonadas del acicalamiento y sentadas en un asiento generoso en el que desparraman sus tensiones, cercana alguna luz. Tal vez en el encuadre de un ventanal que, abierto, mira hacia la umbría del jardín.
Probablemente, tumbadas en la alfombra y rodeadas de almohadones, frente a un lienzo de pared repleto de iconos familiares, cuando no, acurrucadas en el rincón de la camilla o en el viejo sillón de brazos ampulosos al amparo de esa lámpara arqueada que ilumina persistente las letras del relato.
Quizás, tiradas en un sofá con mil cojines y arrebujadas en una pequeña manta liviana que templa las rodillas. Si acaso con los pies en alto, y al alcance de la mano algún brebaje estimulante o una tisana que se deja enfriar por la insistencia en la lectura.
Ellas. Solas. Ahora si en sus cosas, se acomodan siguiendo un ritual que se renueva cada día, y al igual que “Alicia a través del espejo”, penetran en la magia de la historia dejando lo cotidiano en un rincón. Ya están en comunión lectoras y novela.
Poco a poco, van cayendo las páginas como las hojas en otoño. Sin embargo, aunque el relato sea el mismo para todas no lo es tanto el recorrido por sus lances; y es que tampoco ellas mismas se asemejan, y en ese punto sus derroteros se separan.
La apasionada de los libros, casi siempre lee varios a la vez. Imaginativa y entusiasta, idea y trasiega personajes hasta llegar a componer una novela paralela, enmendando así la plana al escritor.
Es posible que otra lectora, la erudita, catedrática versada en la materia, sea la descifradora crítica del texto. Encargada del registro de los datos principales: personajes, género, estructura… ordenada, perfila el contenido del manual poniendo siempre peros al asunto.
Alguna es habitual que deambule por la casa leyendo entre tareas. Resuelve así la lectura a trompicones renegando siempre de no encontrar el maldito libro en su lugar. Esta será la lectora disconforme, la que escasas veces apruebe la novela.
La más atareada de las damas, llega siempre a la lectura extenuada y es reincidente en rendirse a la modorra. Adormecida, comparte ensoñaciones con personajes de la obra, hasta cerrar el libro cuando, ya de madrugada, algunos de estos personajes la despierta. Estremecida y confusa tratará de de cubrirse con los brazos, para tapar la desnudez de sus ideas. Y es que no está sola. El libro la contempla.
Y como cada día, y aquí coinciden todas, en un hasta mañana variable, deben despedirse del relato, aunque ya saben que, más tarde, han de volver al episodio inacabado.
ELLAS
Ellas.
Mujeres de azúcar, saladas o agridulces.
Hembras resueltas, intensas, ponderadas,
que rompiendo las inercias cotidianas, se quitan sus corsés,
Y desnudas,
penetran la quimera de un relato,
hasta enredarse en los hilos de su trama,
como cortesanas, que se ofrecen descaradas
para lograr que la historia las posea.
Para dar rienda suelta a los anhelos
Para esquivar recuerdos que atenazan.
Para hacerse candorosas heroínas,
o madrastras despiadadas y perversas
Y así, vestidas ahora con ropas de ampulosos vuelos,
se abandonan al pairo, el tiempo ausente,
forjando el avatar que las reinventa.
Ellas,
que han sido arroyos, lagunas o albuferas,
dirigen ahora su caudal hacia otros rumbos,
y retardan el regreso a las tareas.
Para mecerse en la cuna de los sueños,
Para escuchar algún canto de sirena.
sin soltar el hechizo
Paloma Sánchez.
Octubre de 2013
para dejarse arrastrar por la quimera,
en el aire con las yemas de los dedos.